domingo, 6 de junio de 2010

SECUELAS

Desde el viernes de la semana anterior Guatemala ha sido afectada por dos fenómenos naturales importantes: El primero de ellos, la erupción del volcán de Pacaya en jurisdicción del Departamento de Escuintla que arrojó rocas, piedras y lava hirviendo a su alrededor y miles de toneladas de arena volcánica de color negro que inundó la capital y áreas circunvecinas; el segundo, el ingreso de la tormenta Ágata a territorio guatemalteco en donde decreció, constituyéndose en una depresión tropical, no sin antes ocasionar severos daños en la infraestructura pública y privada del País.
A nivel de Gobierno Central, incluyendo las oficinas supuestamente especializadas en este tipo de desastres, “por ver el árbol, dejaron de fijarse en el bosque”; me explico, le pusieron tanta atención al volcán de Pacaya que casi se olvidaron de que la tormenta que ingresaba podría causar mas daño que otros fenómenos similares.
Que recordemos, en ningún momento se lanzaron llamados de alerta oficiales para que los pobladores de todo el País tomaran las medidas preventivas ante la llegada de una tormenta perniciosa y destructiva, no obstante que los centros meteorológicos, principalmente americanos, la habían detectado, señalado su rumbo y posibles consecuencias terriblemente dañinas para Centro América, principalmente Guatemala. Ya sabemos que, por ejemplo, este “temporal” trajo mas lluvia que el anterior de 1,949 que tenía el record hasta antes de ahora.
En la capital, las autoridades estaban mas preocupadas por la “lluvia” de arena que por cualquiera otra cosa; no digo que se hubiesen evitado muertes y destrucción con los llamados de alerta oportunos (por que eso solo Dios lo sabe), pero si afirmo que el pueblo en general se hubiese comportado de manera diferente; si el consuelo de la presencia de los supuestos líderes oficiales se hubiese hecho presente de manera inmediata en los lugares masa afectados del País llevando algún tipo de ayuda para paliar la situación, hoy ese mismo pueblo pobre afectado estaría agradeciendo y bendiciendo a los mandatarios nacionales. Pero algunos de ellos no quisieron ni siquiera ensuciarse los zapatos acudiendo rápidamente a los lugares arrasados por el agua desbordada, mucho menos poner el ejemplo de trabajo y actividad propio de los verdaderos líderes.
Queda para la historia “viva” de nuestra República, el ejemplo único e inimitable del Presidente Shell Eugenio Laugerud García a quien le tocó vivir la tragedia del terremoto destructor del año de 1,976; el ”hombre” amanecía en un lugar diferente todos los días con ayuda o solo con palabras de consuelo para los afectados, compartiendo con ellos su angustia y su dolor. “Guatemala está herida, pero no de muerte” afirmó y aquellas palabras y su actuación de líder auténtico han quedado registrados para siempre en la historia del País.
Si se hubiese quedado, impartiendo órdenes (a los mejor contradictorias) desde la comodidad de algún tipo de instalaciones en la capital de la República, nadie ahora, se acordaría de su nombre sino solo por lo que algunos de sus colabores hicieron mal, quedándose con lo mejor de la ayuda extranjera. Pero se le recuerda con cariño y en algunos casos con veneración, por su actitud, por su nobleza de espíritu y por el gran trabajo que realizó, convirtiéndose en uno mas de los obreros dedicados a la reconstrucción.
Las secuelas que nos ha dejado este fenómenos de la naturaleza son muchas: Muertos, desaparecidos, heridos, desalojados, huérfanos, personas viudas; destrucción de viviendas, edificios escolares, caminos, carreteras, puentes, comunidades soterradas, en fin, parémosle de contar.
Para reconstruir infraestructura, mentes y espíritus, se necesita algo mas que pensar en la futura campaña política; se necesita liderazgo auténtico, verdadero amor por la humanidad doliente y alto espíritu de colaboración y apoyo. Se necesita que descarguemos sentimientos negativos y encontrados para viajar solo con la mentalidad abierta para la asistencia social y humana (sin oscuros propósitos políticos).

2 comentarios:

A las 10 de junio de 2010, 8:37 , Anonymous SEBASTIAN JUAREZ ha dicho...

EXELENTE ARTICULO!!!!

 
A las 10 de junio de 2010, 13:42 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Por que alagar tanto a los maestros, si de todos modos savemos que son unos ARAGANAZOS,lo que nada se quisieron, para ellos mejor si siempre hubieran tormentas. Ya viene la semana de feria y luego la de vacaciones de medio año. Y las vaciones de casi tres meses. Esos si son araganes trabajando unicamente 5 horas diarias. Nada de alargarlos al contrario hay que criticarlos para que sientan verguenza y trabajen a conciencia.

 

Publicar un comentario

Envíenos sus comentarios. Los comentarios que contengan expresiones soeces o fuera de lugar serán eliminados por nuestro equipo de moderación. Rogamos incluir su nombre y correo electrónico.

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio