CONTRADICCIONES

A propósito no hemos incluido, dentro de nuestro apartado de sucesos semanales, notas que nos informan sobre la captura de consumidores de droga que, además, podrían dedicarse a la extorsión y al asalto. Son notas que evitamos por su frecuencia y por su poca trascendencia.
Pero hoy las incluimos dentro de las noticias semanales convencidos de que la PNC podrá seguir perdiendo su tiempo en la captura de estas personas que con ello jamás le van a infligir un golpe, ni siquiera leve, a quienes trafican habitualmente con este tipo de productos perniciosos y dañinos para quienes los consumen y se han vuelto adictos. Porque los traficantes y distribuidores generalmente “no le hacen” a las drogas; simplemente las venden y con ello se hacen ricos.
Aquí en Huehuetenango, en donde el consumo de drogas sigue a la alza, no sabemos que por lo menos se cierre, se cancele y se sellen las puertas de las ventas muy conocidas de este tipo de productos ilícitos, sino que jamás nos hemos enterado de la captura de algunos de los mas importantes narco-traficantes. O sea la autoridad, nunca le ha podido asestar un duro golpe al narcotráfico que es el mas rentable de los negocios de esta región. ¿Será porque no quieren o porque no pueden? Esta es la pregunta del millón que entre todos, podríamos tratar de responder.
Detener a simples consumidores que representan el final de la cadena no es ninguna batalla ganada; esa pobre gente ha caído en las redes de este sucio comercio y son quienes delinquen a diestra y siniestra para poder tener el dinero suficiente que les permita comprar drogas y engordar los bolsillos de los “cabezones”.
Por supuesto que “las autoridades” están enteradas de que con ese tipo de capturas a los pobres drogadictos, solo le están “tapando el ojo al macho”, pero este tipo de acciones no significan absolutamente nada en el combate en contra de los narcos.
¿Cuándo cambiará la táctica y la estrategia? Porque como van, solo seguiremos pensando en que continúa la protección para las ventas, pero por sobre todo, protección, connivencia y compartimiento de información con los “meros jefes” para que siga “la vida alegre”, sobre todo cuando cada quien recibe su “gran tajada”.