VIOLENCIA IMPARABLE
Huehuetenango, durante los últimos tiempos, se ha convertido en uno de los Departamentos mas violentos de la República de Guatemala; la longitud de su frontera con México y los incontables pasos ciegos que existen y en los que transitan en un sentido y otro miles de personas y objetos, es una de las causas de ello.
Dentro del territorio de Huehuetenango se han quedado muchos extranjeros que no pudieron llegar a la meta final del “sueño americano” y muchos de ellos se ganan la vida honradamente pero otros tantos se han dedicado a la delincuencia porque no saben hacer otra cosa.
Abona a esta situación el hecho de que integrantes de pandillas delincuenciales de otros lugares del País que han sido copados y arrinconados por la Policía en sus lugares de origen, eligieron Huehuetenango para continuar su carrera delictiva con la complicidad y acompañamiento de algunos huehuetecos proclives al crimen común y organizado.
En este trabajo periodístico semanal, en la sección correspondiente, aparece apenas una muestra de lo que ocurre diariamente en el Departamento y que forman la “nota roja” que se ha vuelto común y corriente; ya nadie se extraña o se asombra; por lo concurrente y asiduo, nos hemos ido acostumbrando a este lamentable estado de cosas.
Esta semana, además de otros delitos que también ya son costumbre, asesinaron, en la zona 4, a otro piloto del transporte urbano que se ha convertido en la víctima propiciatoria de las pandillas delincuenciales del acoso permanente de estos criminales, por medio de la extorsión, cuyos montos han sido continuamente incrementados hasta el punto que, probablemente por no pagar cabal y a tiempo, es que varios trabajadores de las unidades han pagado con su vida el retraso o una posible retractación a seguir siendo extorsionados.
Lo cierto es que la vida de los huehuetecos, incluyendo claro está, la de los trabajadores del transporte público, ya no vale nada. Pero lo peor de todo es que nadie tiene consuelo, fe, confianza ni esperanza en que las autoridades a quienes compete constitucionalmente la seguridad de todos, no hacen absolutamente nada por cumplir con su deber haciendo gala de una lenidad y desgano que pinta, con los colores de la desvergüenza y de la ineptitud, al gobierno que va (Gracias a Dios) de salida.
Tal es la desesperación del gremio de transportistas que decidieron manifestar públicamente su protesta y desesperación por medio de una “parada” de unidades del transporte público a todo lo largo de la 4ª. Calle de la zona 1 de esta ciudad; cada uno de los buses portaba carteles en contra de la violencia.
Aunque tengo la impresión de que algo faltó en la protesta (Talvez una caminata integrada por miles de personas y aparatos de amplificación utilizados para llamar aún mas la atención), creo que de todas maneras los funcionarios y políticos que algo podrían hacer, siempre indiferentes ante este clamor popular impresionante, estando muy ocupados trabajando en sus campañas políticas para seguir o iniciar su vida cómoda, feliz y tranquila con sueldos voluminosos y negocios millonarios con fondos del Estado aportados por el pueblo, no le van a poner atención a esta manifestación de justa protesta por lo que pasa a nivel de la peor inseguridad y violencia de la historia del País, que nos ha tocado vivir.
Pero ¡Dios nos ayude a que vengan tiempos mejores!
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