PEQUEÑOS DETALLES
Estamos convencidos desde siempre, que quien puede con los pequeños detalles, podrá con los grandes; también sabemos que quienes son capaces de robarse un centavo no tendrán empacho en llevarse miles o millones, según el caso.
Durante los últimos tiempos la función pública ha estado permeada por pícaros de las mas variadas especies que, conforme el tiempo ha transcurrido, en lugar de perfeccionar las técnicas para efectuar sus fechorías, las hacen mas burdas, mas groseras y descaradas de tal manera que, en lugar de buscar la nocturnidad y el secreto, como alguna vez ocurrió, hoy la desvergüenza los impulsa a realizar sus “negocios” en la plenitud del día y cuando los rayos del Sol son mas intensos.
Y es que los ilícitos que efectúan, para ellos son como verdaderas hazañas que los convierten en casi héroes nacionales. El latrocinio y la desvergüenza, para los diz que “funcionarios públicos”, es el mas querido de los “deportes”. Y como los distinguidos y honestos señores de esa “cacharpa” vieja que se llama Contraloría General de la Nación solo verifican documentos, lo cual no dice nada porque hasta existen “empresas” dedicadas a la venta de facturas, esa gente podrá dormir en paz mientras no existan organizaciones y personas que exijan auditorías externas físicas y cruzadas.
Ya lo hemos escrito mas de una vez, ellos son fieles seguidores de quien acuñó la frase: “La vergüenza pasa, pero el pisto se queda en casa”. Y esto seguirá ocurriendo de la misma manera mientras no haya quien se decida a cambiar el KCT.
Y cuando hablamos de los pequeños detalles, estamos pensando en otro “negocio” que se sigue efectuando a ciencia y paciencia de quienes estarían obligados a cambiar el rollo. Resulta que aquí en este País y en Huehuetenango específicamente, continúa el saqueo de piezas metálicas que se llevan con facilidad: Desde partes de torres metálicas para antenas de todo tipo, defensas de protección vial colocadas en ciertas partes de carreteras, hasta tapaderas de tragantes.
Hace muy pocos días recibí la denuncia de un vecino de la zona 5, me parece que se refirió a La Colonia Alvarado, diciéndome que en una sola noche se llevaron nueve tapaderas metálicas. En la Colonia INVI y sectores cercanos están haciendo lo mismo y hasta se llevaron una de la esquina del Colegio De La Salle que es vital; conductores de vehículos y peatones deben tener sumo cuidado porque en esta última, ya se fue por lo menos un vehículo de cuatro ruedas.
Por la TV y aquí, en este semanario, hemos dicho y lo sostenemos que como no hay quien cuide estas pertenencias del pueblo, la municipalidad debiera utilizar un mecanismo de seguridad para que no sea tan fácil llevarse de nuevo estos elementos tan importantes para la protección y la comodidad de todos porque, obviamente, los tienen que reemplazar tarde o temprano. Pero si los siguen colocando así nomás, como hasta ahora, se los seguirán robando para venderlos por “dos pesos”.
Yo pregunto: ¿Qué sale mas barato? ¿Establecer un mecanismo de seguridad metálico o restituir totalmente las tapaderas?
Pero por otra parte: ¿Qué les sale mejor a las “autoridades”?
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