NEUTRALIDAD
Conforme a lo que estipula el Diccionario de la Real Academia Española la palabra que es el título de este editorial significa: “Que no es ni de uno ni de otro; que entre dos partes que contienden, permanece sin inclinarse a ninguna de ellas” (Hace referencia a personas y cosas). “Hablando de una nación o un Estado, que no toma parte en la guerra movida por otros y se acoge al sistema de obligaciones y derechos inherentes a tal actitud”. Valdría la pena agregar que una persona, una institución, una asociación, una cooperativa, etc., si declara neutralidad política, será indiferente, se abstendrá de participar en ella y obviamente, evitará por todos los medios a su alcance que alguno de sus directivos y representantes, participen directamente en actividades político-partidistas.
Si
lo anterior pudiera ocurrir, por alguna elección anómala, irregular o ilegítima
o por circunstancias fortuitas, los órganos de vigilancia o encargados de velar
porque los estatutos se cumplan a rajatabla (cueste lo que cueste, a todo
trance, sin contemplaciones), tienen que actuar de manera inmediata para evitar
la enorme contradicción.
Y
cual es esa “enorme contradicción”: Pues que una entidad que ha declarado estatutariamente
su “neutralidad política”, esté dirigida y representada por una persona “metida
hasta el cuello”, en actividades político-partidistas conocidas por la mayoría
de socios y vecinos.
Si
esto se admite y se permite, cualquier institución, por muy sólida y seria que
parezca, perderá la credibilidad y la confianza que ha ganado a través de los
años y podría derrumbarse estrepitosamente.
Es
más: Quienes aman profundamente y quieren lo mejor para esa institución privada
principalmente, que maneja el dinero de quienes han confiado en ella, deben
tener el máximo cuidado en la elección de quienes las dirigen y las representan,
porque podría darse una tremenda anomalía en ese evento. Los electos deben ser
personas intachables, responsables, honorables en su vida pública y privada y
alejadas de cualquier escándalo que pudiera mancharlos para siempre. Si es el
caso, nunca será tarde para rectificar.
Contrario
sensu ¿Con que respaldo moral pudiera alguien que no llena los requisitos
éticos necesarios para ocupar una representación de este tipo, permitirse “el
lujo” de pretender que compañeros directivos, asociados, empleados y demás, se
comporten de manera totalmente adecuada y absolutamente honesta si él tiene una
“gran cola” que le pueden pisar en cualquier momento?
Nosotros
nos permitimos, por el bienestar de muchos miles de personas que han confiado
siempre en una de nuestras mas queridas instituciones privadas, que fue fundada
hace muchos años con muy buenos propósitos, entre los cuales destaca “procurar
por el mejoramiento económico, social, cultural y recreativo de los asociados”,
solicitar respetuosamente que quienes tienen la total obligación de hacerlo, dispongan “un alto en el camino”,
revisen lo actuado, deshagan los “entuertos” y que se evite el bochorno de
permitir que elementos que se dedican a la política partidista, utilicen esa
institución como plataforma, para tratar de conseguir sus nefastos propósitos de
interés eminentemente personal.
Ataques
interesados en el desequilibrio de esta institución, han podido ser detenidos a
tiempo por la intervención oportuna de asociados honestos; pero recordemos que
esto, no siempre puede ser igual.
¡MAS VALE PREVENIR QUE LAMENTAR!
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