BEBÉS ABANDONADOS:
Las estadísticas reportan que en este sector del País la tasa de bebés abandonados por madres desnaturalizadas o irresponsables, en lugar de disminuir, crece de manera alarmante, conforme pasan los años.
Naturalmente no es
una sola la causa de este flagelo que pone en entredicho la naturaleza
sentimental y maternal de algunas mujeres a quienes, por regla general, les
hemos adjudicado sentimientos y actitudes nobles, puras y hasta de sacrificio
permanente, en aras de una vida de calidad para sus retoños. Vemos con
desconsuelo que esta regla, que creíamos general, se cae en pedazos por lo que
ahora vemos.
La falta de
educación sexual o la deficiente y algunas veces, manoseada o manipulada
educación sexual con fines comerciales, ha dado al traste con la moralidad
exigible a niñas y adolescentes que debieran abstenerse de las relaciones de
este tipo, hasta que tengan la suficiente madurez para saber a profundidad, que
es lo que les espera a la hora de resultar embarazadas a consecuencia de
relaciones íntimas bajo engaño o con su inmaduro consentimiento.
La pobreza extrema,
la ignorancia y hasta la perversidad de algunos padres y madres de familia
capaces de “vender” a sus hijas por “treinta monedas”, lanzándolas a un vida
terrible y a un abismo profundo del cual surgirán problemas sin cuento que las
pueden llevar hasta la misma muerte.
Muchas niñas,
adolescentes y hasta mujeres adultas que resultan esperando un bebé, al llegar
el momento, si es que llegan a un hospital, saben que no podrán mantener al
hijo y simplemente huyen de las salas de maternidad, abandonando al producto de
su mal entendido amor o al producto de una violación o de una “venta” infame.
Las que no pueden o
no quieren llegar a un hospital o a un centro de salud, simplemente paren en
cualquier lugar y con ayuda o sin ella, se cortan el cordón umbilical y
abandonan a los bebés, hasta en basureros, para que mueran o alguien los
recoja; eso a ellas ya no les interesa.
Y ante la
promiscuidad en que ahora se vive, los niños nacidos “a la brava”, tienen
necesariamente que incrementar su número; antes todavía teníamos muy buenas
mujeres que simplemente recogían a estos niños abandonados, los legalizaban y
se convertían en parte importante de la familia; ahora, con lo que ha ocurrido,
no solo por lo que dictan las leyes, sino por la infamia de personas y cierto
tipo de organizaciones que simplemente denuncian a señoras extraordinariamente
bondadosas que han adoptado a bebés abandonados de mala manera por sus madres
biológicas, que han tenido que ir incluso a la cárcel por su buen corazón,
ahora, decía, ven abandonados a los bebés en cualquier parte y a lo más que
llegan, es a avisar a las autoridades para que los vayan a recoger; su destino
y su futuro será, en la mayoría de los casos, no solo incierto sino penoso.
Desafortunadamente,
ya lo hemos escrito, mientras existan organizaciones y personas, más preocupadas
en regalar condones que en una formación sexual ética y moral, estos bebés
abandonados seguirán creciendo en número y Guatemala crecerá en números rojos
en todos los sentidos.
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