BULLYING MOTOCICLÍSTICO:
¿Cuál es la percepción que existe entre los motoristas (que son muchos en Huehuetenango) y sus familiares, sobre la actitud de la PNC y la PMT que se inició hace rato y continúa en esta época cuaresmal en su contra?
Pues como que ambas
instituciones han focalizado sus “operativos” para amedrentarlos, sacarlos de
la “jugada” y mantenerlos en permanente estado de zozobra.
Todo se inició
cuando, para variar, al actual Ministerio de Gobernación, siguiendo el ejemplo
de sus homólogos del gobierno anterior (como si fuera la panacea para terminar
con los delincuentes motorizados), dispusieron emitir una disposición por medio
de la cual todos los motoristas estaban en la obligación de usar un “chaleco
naranja numerado” y casco dentro del perímetro de las ciudades.
Esta norma
legalizada “a puro tubo”, repudiada por la mayoría de los afectados en el
gobierno anterior porque fue un fracaso, no podía tener resultado diferente en
el actual gobierno, no solo por lo absurdo del mandato sino ante la inutilidad para
controlar a los pocos delincuentes que andan en moto; más bien lo que
consiguieron, como ocurrió antes con el chaleco negro, fue que los primeros en
adquirir sus adminículos para que no los molestaran, fueron precisamente los
antisociales para que todos, los muchos que utilizamos las motocicletas para
trabajar y los pocos que las utilizan para delinquir, luciéramos igual a la
hora de identificar a quién ha cometido un acto criminal o delictivo; Cuando la
PNC o el MP preguntan a los supuestos testigos ¿Vio Ud. quien fue?...De
inmediato contestan: “¡Sí! Un motorista con casco y chaleco anaranjado”. Todos
los uniformados somos sospechosos.
Se rumora
insistentemente, ante las largas colas de motoristas que detiene la PMT por
falta de chaleco, que de las multas impuestas, ellos obtienen el dinero para
que les paguen sus exiguos salarios. Se dice también que tanto la PNC como la
PMT detienen a cientos de motoristas
todos los días, porque son sus víctimas más fáciles y sencillas para
extorsionarlos, morderlos y obtener dinero fácil de niñas, niños, adolescentes
y jóvenes que, asustados, les “sueltan” los pocos centavos que llevan para su
refacción o su almuerzo, a cambio de que los dejen seguir su camino para el
estudio o el trabajo. ¡Ingratos¡
Nosotros
preguntamos a unos y a otros: ¿Por qué no intentan emitir remisiones en contra
de tanto autobusero que en sus barbas cometen tanta infracción que pone en
peligro la vida de quienes viajan con ellos como pasajeros y en contra de la
vida de transeúntes y conductores y pasajeros de otros vehículos y además se
ríen en su cara? ¿Qué tal sería que se montaran “operativos” (como lo hacen
contra los motoristas) para poner en orden a conductores de buses, camionetas,
microbuses y similares? ¿Qué “corona” tienen ellos, que hacen lo que se les da
la gana y no les dicen nada? ¿Acaso les tienen miedo?
¡Por favor! Dejen
de dar la imagen de oportunistas, aprovechados y corruptos. Ambos grupos, PNC y
PMT, dan la impresión de que “muerden” porque sus jefes les tasan una cuota
determinada que deben entregar todos los días. ¿Será, sereno? Estará bueno pero
no sigan “fregando” solo a los pobres motoristas.
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