domingo, 18 de mayo de 2014

TECNOLOGÍA DE PUNTA:

Para muchos de nosotros que nacimos en otra época es verdaderamente sorprendente lo que se puede hacer en la actualidad con la tecnología de punta en sus diversas manifestaciones: Teléfonos celulares inteligentes a los que solo hablar por sí mismos les falta; televisores permanentemente conectados al internet; robots que, en el cercano futuro, podrían convertir en un ejército para bien o para mal; chips que nos pueden conectar y controlar desde la distancia; “drones” espiándonos permanentemente y que se yo cuantas cosas más que acabaron con nuestra privacidad.
¡Sorprendente! Es la palabra que se me ocurre. Pero a pesar de esa increíble tecnología nos apena saber que por ejemplo, a nivel internacional, un concierto de naciones interesadas se declaran incompetentes para encontrar los restos de un avión de Malasia que desapareció misteriosamente en el océano con más de doscientas personas a bordo. Si esos países avanzados tecnológicamente hablando, tiran la toalla después de un fracaso total en esa búsqueda, debo preguntar: En este caso ¿De qué nos sirven estos increíbles avances tecnológicos, si no podemos encontrar un gran avión?
Pero no vayamos tan lejos; hace mucho tiempo, desapareció la señora Cristina Siekavizza en la capital de la República; se manejó la versión que fue terriblemente violentada por su esposo Roberto Barreda y que él, en un ataque de ira descontrolada, la mató a golpes, sacó el cadáver de su casa, lavó totalmente la escena del crimen, declaró que la habían secuestrado, desapareció del País con sus dos hijos, se fue a vivir a México y gracias a un programa televisivo fue encontrado en Villa Hermosa, Tabasco, de donde lo trajeron de regreso al País; desde entonces está preso y sus hijos en poder de sus abuelos maternos. La señora Siekavizza o su cadáver, no aparecen, luego de una búsqueda aparentemente exhaustiva pero infructuosa.
Contamos con una tecnología de punta increíble, pero nuestras autoridades han sido incapaces hasta ahora de encontrar a la señora o sus restos mortales. Parece ser que en el período de la señora Paz y Paz al frente del Ministerio Público que ya terminó, la tecnología sorprendente de que hablamos, no llegó o no se conoció o no se supo o no se pudo o no se quiso usar en el  MP. ¿Para qué sirve, en estos casos, este gran avance? 
Eso sí, vean Uds. en las redes sociales que forman parte del desarrollo tecnológico, la enorme difusión que tienen los videos pornográficos en los cuales participan, supuestamente, estudiantes adolescentes de centros educativos huehuetecos. Las niñas aparecen, enseñando su rostro y otras cosas, porque las han engañados y sorprendido o porque definitivamente les están pagando este “estrellato” mediático.
He visto, gracias a alguien que escribió la dirección de  una de esas cuentas anónimas de FB, a un par de adolescentes en plena actividad de sexo oral, dentro del aula de un colegio privado local, vistiendo el uniforme del colegio con el que se identifican claramente y “trabajando” sin pena ni pudor, hasta el punto de que, uno de sus compañeros, pudo fotografiarlos y compartir con medio mundo algo que nos coloca en el “ojo del huracán”.
Pregunto con mucho desconsuelo: ¿En dónde están y que hacen los maestros de ese y otros centros educativos? ¿Qué tipo de formación le están ofreciendo los maestros a sus alumnos? ¿Cuáles son los principios y valores que los chamacos están percibiendo en el hogar? ¿”Quo vadis” Huehuetenango con lo que ocurre en estos y otros  escenarios?
Y para colocarle “la tapa al pomo” este fin de semana, se suicida otra niña, Angelita Mérida, una belleza que representó a la Municipalidad de Chiantla y Señorita INMAC que recién entregó. ¡Que pena! Nuestras sentidas condolencias.
Es hora de hacer un alto en el camino, buscar la ayuda de Dios, ejercer una auténtica y verdadera autoridad y comenzar de nuevo.

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