ECONOMÍA:
Uno
de los elementos básicos para que nosotros podamos medir la situación económica
de nuestro País, siempre ha residido en lo que vemos y pagamos por el
combustible que gastamos. El precio del galón de gasolina o diesel siempre nos
había dicho cómo vamos con el resto de precios de artículos de primera
necesidad.
Precisamente por eso cuando en las
últimas semanas principió a descender el precio del barril del petróleo a nivel
internacional, nosotros consideramos que comenzaríamos a ser favorecidos con
una disminución general no solo en el combustible, sino en general, en la
mayoría de artículos de la canasta básica que hoy sigue estando por las nubes.
Por experiencia sabemos que en
Guatemala es muy difícil que los precios que se incrementan, disminuyan por una
cuestión como esta; solamente en la época de la administración del Lic. Alfonso
Portillo hubo de parte del gobierno un control estricto en este sentido y
muchos mercaderes se vieron con las manos atadas sin poder elevar precios a su
sabor y antojo; recordamos que el mismo gobierno propició la importación de
artículos que, cuando llegaron del extranjero, se podían comprar mucho más
baratos que lo que ya estábamos pagando por esos mismos artículos nacionales,
cuyos productores se vieron en la necesidad de disminuir su margen (demasiado
extenso) de utilidad; el pueblo en general resultó beneficiado; los mercaderes
extremadamente avariciosos y sin conciencia, iniciaron entonces una orquestada
campaña de desprestigio y venganza en contra de quien había osado “ponerlos en
su lugar” y con el apoyo irrestricto de
“los dueños” de determinados “medios de prensa” (que se prestaron a inventar
infundios, exagerar y cambiar de contexto ciertos eventos, mentir, difamar,
etc), hasta lograr levantar cargos en contra del Lic. Portillo y algunos de sus
más cercanos colaboradores que lo llevaron a la cárcel y a la extradición. Pero
“no hay mal que dure cien años…”; dentro de tres meses “el hombre” estará
libre, probablemente de vuelta en Guatemala y entre otras cosas, sabremos
cuántos millones de dólares les costó a sus detractores y a sus principales
“acusadores”, “mercachifles” todos, haberlo tenido privado de libertad durante
tanto tiempo por el único “pecado” de evitar durante cuatro años, que la
avaricia comenzara a matar de hambre a millones de guatemaltecos.
Me
sorprende (no se si a Ud. también) que el petróleo sobrepasó los cien dólares y
luego disminuyó hasta los setentidós (¡treinta dólares! A la baja) y aquí casi que no pasó nada;
apenas hubo una mínima disminución en los precios de gasolina y diesel, pero
punto. Los favorecidos siguen siendo los mismos y al pueblo, en medio de esta
disminución del precio del petróleo, lo único que le dieron fue la noticia que
la carne de res incrementó su precio. Y a pesar de que se escucha una voz en la
que ya nadie cree diciendo “Yo tomé la decisión…” de seguir de acuerdo con los
“mercaderes”. (¡Eso sí…siempre!).
El resultado: Comercios vacíos,
pequeños negocios cerrando, flujo de efectivo en goteros, transacciones
económicas al mínimo, despidos de empleados y oferta laboral solo para
vendedores; centros comerciales y bancos, vacíos; la distracción general ahora
es salir de visita a los comercios, pero solo para ver y nada más.
Triste y pesimista el panorama pero
es la realidad.
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