domingo, 11 de octubre de 2015

CONGRESO NACIONAL:

La integración del Congreso Nacional para la próxima legislatura no deja muchas dudas; nosotros hemos asegurado, desde siempre, que estos eventos electorales no servirían para mayor cosa en el entramado político nacional; mejor dicho, que servirían únicamente para que todo siga igual o peor de cómo estamos actualmente.    
            Y es que no puede ser de otra manera porque, para muestra, un botón: En Huehuetenango fueron re-electos ocho  de los diez diputados que actualmente diz que nos representan. Cuatro de ellos repitentes del aciago partido rojo, dos del fenecido partido naranja y dos más del partido verde, aún en contienda, uno de la mazorca y otro nuevo por ahí; algunos de ellos señalados por la vindicta pública, de la comisión de ilícitos que, una vez más, nos han enrojecido de vergüenza; y si escarban un poquito más, probablemente van a encontrar mucha agua sucia en el nombramiento de algunos “empleados” y “asesores” designados por ellos y amamantados con recursos del Estado que, en un buen porcentaje, engordan las billeteras de los “dignos” congresistas por la “comisión” mensual que les cobran. Supongo que el MP seguirá tras la pista que no concluye con los señalamientos para el diputado Pedro Muadi.
            Este organismo del Estado está tan desprestigiado que, cada vez más, se escuchan voces multitudinarias exigiendo la depuración inmediata del mismo y esta misma semana se le exige al Tribunal Supremo Electoral que se abstenga de nominar a algunos de los electos para que tomen posesión el próximo mes de Enero del 2,016, pero tal vez sea el OJ o la CC quienes deban aplicar el artículo 113 de la Constitución de la República. Dentro de esa lista negra, desafortunadamente para los huehuetecos, aparecen unos cuántos de los re-electos por nuestro Distrito Electoral; y aunque sea un infortunio para el pueblo de Huehuetenango que los eligió, nosotros nos sumamos a este clamor popular en el sentido de que sería aún más vergonzoso que nuevamente, tomaran posesión de esas curules que debieran congelarse tal como lo han hecho con las vacantes del Magisterio.
            Y es que los señores tal parece que no entienden; dicho de otra manera: “ven y oyen la tempestad y no se arrodillan”; se han publicado copias de facturas a nombre del Congreso en las cuales aparecen gastos de miles de quetzales por alimentos en exclusivos restaurantes de las cuales han disfrutado los señores diputados y sus amigos; pero como no les alcanza ni el salario ni los “apéndices” que devengan puntualmente, lo cargan para que el Congreso (es decir el pueblo) las cancele; facturas de miles de quetzales por combustible para uso de sus vehículos particulares; van gastados 386.4 millones de quetzales este año por servicios personales; 21.3 millones por servicios no personales y 6.9 millones por materiales e insumos, solo para ejemplificar algunos de “sus gastos”.
            Solo el 12% de los guatemaltecos dice confiar en el congreso; eso significa que el 88% afirma que el congreso “apesta”. La pregunta que todavía no se ha hecho es la siguiente: ¿Para qué nos ha servido el Congreso? La respuesta es la siguiente: Para celebrar el “Día de las Secretarias” con un gasto de Q.31,500.00; para compra de 24 pares de zapatos de fútbol y 45 pares de tenis con un costo de Q.55,200.00;  dos estetoscopios por Q.1,980.00; Q.13,200.00 por azúcar de dieta; Q.5,276.70 en tazas de porcelana y para terminar estos ejemplos, Q.494,313.50 en agua purificada; además para tratar de evitar controles en las compras de medicinas para la red hospitalaria del País, todo bajo la dirección, aceptación, autoría y desparpajo de Luis Rabbé, jefe de la mafia. Para esto sirve el Congreso.

            ¿Depuración? ¡NO! Mejor cierre definitivo.

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