lunes, 21 de diciembre de 2015

EL RINCÓN DE EDWIN:Gruñidos nocturnos por las céntricas calles de Huehuetenango.

Tuve que salir a hacer algún mandado por las céntricas calles de Huehuetenango, en Guatemala, pero a las dos de la madrugada y pude apreciar algunas curiosidades de la "Tacita de Plata del 2015".
1. Pasé por "La Plaza"; iba un poco más atrás de un señor que iba empujando un carro de comida que normalmente se estaciona junto a otros similares, frente a la acera de nuestra centenaria catedral. A manera de estación, frente a la entrada, el "comidero" paró su marcha, tomó un cubo grande de basura y volcó generosamente su contenido sobre "el puro centro de la calle"; ya había pasado el tren de aseo municipal y, venga el semejante "chuchal" (jauría de perros) a abalanzarse sobre los residuos. A ratos me recuerda a Kafka y talvez para los perriños, es mejor comer sobras que comer "m..rda". Ahora ya les conté cuál es una de las pródigas fuentes de los residuos vegetales, animales y químicos que contaminan frente al Mercado "La Plaza".
2. Doblé a mi izquierda y comienzo a pocos metros a escuchar horrorosos gruñidos que parecían venir, más allá de los talleres de Vulcano. Pensé que me estaban espantando hasta que..., se escuchó: "PUTZ". Alivio; ni Vulcano, mucho menos fantasmas; los dueños de las champas de ventas callejeras se quedan a dormir allí, bajo la cubierta de las láminas y las paredes del plástico vinílico, que por acá suele pronunciarse: "nailo". No eran gruñidos, eran ronquidos de algún parroquiano.
3. Seguí hasta la esquina de "La Jacinta" y las dos cuadras siguientes "roncaban" conformando tan singular concierto, cual audición de ranas por Las Lagunas. Todo hecho un "perfecto cochinero", como dicen en un país vecino.
4. Al llegar al Parque; bien tupidito quedó de champas de ventas. De veras..., "no chinguen muchá". Es cierto que en Huehue se promueve la libre importación y máxime el libre comercio; pero talvez no es bueno colocar la bacinica sobre la mesa. ¿Para qué están las amplias instalaciones de nuestro Centro Internacional de Ferias en la zona 4?
5. Cerca de llegar a la esquina de la Catedral Huehueteca, vuelvo a escuchar nuevos gruñidos. Pensé que eran los vendedores; pero era un "pastor alemán", arrodillándose a las espaldas de una chuchita pekinés y el resto de la jauría haciendo singular "coro". Unos policías resguardan a los humanos y a los perros. Aunque con lo que le cuento, usted dirá, las bestias y las bestias.
Noche de ruidos y gruñidos nocturnos por las céntricas calles de Huehue.

Edwin Rocael Cardona Ambrosio
Huehuetenango, 16 de diciembre de 2015

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