domingo, 28 de febrero de 2016

CORRUPTO Y SIN VERGÜENZA:




El agua, señoras y señores (y no pretendo descubrir “el agua azucarada”) ha sido, es y seguirá siendo, quién sabe por cuánto tiempo más, el “talón de Aquiles” de muchos funcionarios “de aquí y de allá”; y será aún más grave, cuando no se tiene ni idea de lo que se puede o se debe hacer para resolver tan espinoso problema; mientras más tiempo pase el problema será mayor por cuanto el incremento poblacional y en su caso, la explosión demográfica, nos “agarre con los calzones en la mano”; tan agudo es el problema que, quienes jamás se han preocupado de nada, ahora están organizando “tanques de pensamiento” para formular una Ley Nacional de Aguas.
            Ojalá que todos entendamos que para resolver esta situación, no es cosa de “ocurrencias”, de “probar” para ver que sale o de “ideotas” que lo único que pretenden es embolsarse una buena cantidad de “fichas” para medio arreglar el futuro de la familia.
            Pero vamos a la historia que deseo relatar: En una de las zonas de Huehuetenango, en donde, como en la mayoría, hace rato que no les llega el agua, algunos vecinos (señoras, principalmente) descubrieron que una de las personas que vive, alquilando, en una casa del sector, es empleado municipal; dispusieron entonces valerse de sus buenos oficios para que se les beneficiara llevándoles una pipa para aliviar su imperiosa necesidad.
            Llegó el camión cisterna de la Municipalidad con el tan ansiado “líquido vital”, que es como se le denomina; me partió el corazón cuando me contaron la reacción de todos cuando la pipa comenzó a distribuir el agua; dicen que era como que si se hubiesen “sacado la lotería”; cuentan que los chiquillos brincaban de alegría cual si “Santa Claus” les hubiese llevado un juguete “super” deseado; les llevaron pues una solución pasajera para necesidad tan imperiosa.
            Luego de que pasó la alegría y la felicidadllegó una nota (no sé cuántas se repartieron) en donde, supuestamente, se les informaba que en la repartición del agua, se había extraviado una manguera de la pipa y que se solicitaba que la o las personas recipiendarias debían colaborar con la cantidad de Q.250.00; y firmaba la petición “El piloto del camión cisterna”…Sin nombre.
            Quienes recibieron la nota se sorprendieron pero también se encolerizaron; una de las señoras “de armas tomar”, dispuso averiguar en donde vivía el piloto del camión y al saberlo lo fue a buscar para increparle su actitud; la respuesta del chofer sorprendió más a la vecina: “Señora, le dijo, yo no he perdido ninguna manguera; y si así hubiera ocurrido, tenemos sistemas para reportar la pérdida; lo que sí le puedo asegurar es que entre nuestras opciones jamás estará la de pedir dinero a los vecinos”.
            Luego de esta explicación, los ojos de la señora y los reflectores de los vecinos en general, se han enfocado en aquel a quien, en un momento dado, pensaron que les estaba ayudando desinteresadamente.
            Si están en lo correcto, el título de esta columna no podía ser otro: Corrupto, sin vergüenza, mal nacido…

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