ORDEN DEL CASTILLO

Tal cual lo prometimos en nuestro semanario anterior, escribiremos sobre lo ocurrido el viernes 27 de Marzo de 2,009 en el interior del restaurante “Castillos en el Aire” con motivo de la entrega de la Orden del Castillo al Lic. Edgar Calderón.
Tal cual lo aseveramos se le condecoró de esta manera por su larga trayectoria como deportista, destacándose como canotista, tenista, ciclista, voleibolista, fondista, buceador, futbolista, basketbolista y motociclista, entre otros, recibiendo el calificativo de parte del escritor Francisco Sosa Ruiz, de “El Atleta de todos los tiempos”.
También ha pesado en el espíritu de los integrantes del Consejo Rector de la Orden del Castillo, la virtud que existe en el corazón y en las manos de Edgar que lo ha convertido, como siempre lo he afirmado, en el mejor acordeonista de Guatemala y probablemente de Centroamérica. Tengo en mi poder casi todas las melodías grabadas por el solo o acompañado de Victor Silva otro filarmónico respetable, comenzando por los dos LP de la década de 1,980 “Serenata Latina” y “De Sur a Norte”; a este último le escribí, a petición del amigo, palabras de presentación.
La concurrencia al acto en cuestión fue selecta y el programa que se desarrolló fue el siguiente: Palabras de bien-venida por el Lic. Eric Obdulio Cardona Bautista; Palabras de ofrecimiento por el poeta y escritor Francisco Sosa Ruiz; Obertura por la Marimba Teclas Huehuetecas, esto en la primera parte.
Para la segunda parte se procedió a la lectura del currículum vitae del homenajeado; Entrega de la Orden del Castillo por el señor Guillermo Antonio Castillo; Palabras del Licenciado Edgar Calderón; nueva participación del poeta Francisco Sosa Ruiz, tribuna libre y agradecimiento e invitación a un café.
Dentro de la tribuna libre escuchamos la participación de la distinguida señora Amparo Hernández de Aguirre, del Lic. Edwin Cardona que leyó una composición literaria de su inspiración, dedicada al homenajeado y quien esto escribe por invitación de uno de los conductores; aparte nos deleitamos con las variadas interpretaciones musicales de la marimba “Teclas Huehuetecas” que hizo gala del talento de sus marimbistas, todos filarmónicos de primer orden.
Insisto en lo que expresé en el acto: Sinceras felicitaciones a Edgar y a los componentes del Consejo Rector de la Orden del Castillo por consagrar parte de su tiempo, en el reconocimiento de las personas cuyo valor intrínseco, nos honra y nos llena de orgullo aquí en el Departamento.
Copio enseguida la composición del Lic. Edwin Cardona, a la cual aludo en párrafo anterior, para que nuestros amigos ciberlectores, se solacen como yo, cada vez que nuestro querido amigo decide sacar a relucir su vena poética “dormida” o talvez desconocida para mí, hasta que comenzó a compartirla con este servidor y con quienes nos hacen el favor de leernos cada semana:

Al huehueteco de las mil vidas
Don Edgar Fernando Calderón Theisen


Cuando el juego ocupaba mis afanes
recuerdo el acordeón de Edgar Calderón.
en moto desde Alaska hasta Magallanes
talvez el premio, tan sólo una copa de ron.

Don Paco Sosa dice hombre de ñeque fuerte,
practica deporte extremo retando a la muerte,
yo digo también de codo de acero por donde se vea
como si hubiese nacido en la misma Judea.

Porque lo que para el dilapidador es vicio,
para el hombre de progreso es virtud,
productos baratos en su negocio,
para su persona no existe el ocio,
los pobres de mi tierra muestran su gratitud.

En ala delta, como precursor con creces
por los Cuchumatanes se puso a volar,
entre palo negros, huitos y cipreses
su humanidad a punto de descalabrar.

Admirador de bellezas en el fondo del mar
buceando como Jacques Cousteau,
mucha agua salobre tendría que tragar
indudablemente ese esfuerzo le costó.

Para triunfar en música, empresa, química y deporte
necesitaría un hombre normal mil vidas.
rebozante de vida absorbida durante sus salidas
a sus años luce mejor que un joven de buen porte

El partido de la gran final está muy sufrido,
lanzará Edgar Calderón Theisen,
estos muchachos no me dejan ver el partido
¡¡Patojos, quietos esteisen!!

Edwin Cardona
Marzo de 2009