domingo, 25 de abril de 2010

INSEGURIDAD

Si Uds. amables internautas, nos hacen favor de leer completamente este semanario cada vez que se publica, sabrán que los robos, las extorsiones, los asesinatos, las matanzas van “in crescendo” en el Departamento de Huehuetenango. Son datos que no podemos ocultar aunque a muchas personas no les agrade que publiquemos la cruda realidad que estamos viviendo.
Y es que ¿A quien le va a gustar que la ciudad en donde nació y creció, que era un remanso de paz antaño, se esté convirtiendo en un pueblo fronterizo en donde “la vida no vale nada”? ¿Quién ve con buenos ojos las rejas detrás de las cuales se han tenido que encerrar los pequeños empresarios huehuetecos? ¿Cómo hacer para entender que empresarios del transporte y otros negocios estén operando solo porque han cedido en el pago de “impuestos” por “protección”? ¿Cómo aceptar que matan a algunos porque no pagan la extorsión?
Pero así vivimos aquí; con total inseguridad y con el alma en vilo porque nadie sabe si volverá a su domicilio cuando sale en el día o en la noche (muchos de los recientes asesinatos se han cometido en cualquier hora del día).
En varias zonas de la ciudad se han organizado los Comités de Seguridad que están actuando lo mejor que pueden; algunos de ellos lo han hecho tan bien que los negocios establecidos de venta de drogas han disminuido sus transacciones hasta tal punto que quienes los surten y dirigen están planeando ataques directos a los “patrulleros” de los Comités de Seguridad para “ablandarlos” y que se retiren para que su negocio siga tan floreciente como antes de que se organizaran para limpiar la ciudad.
Eso significa que el pueblo unido de esta manera le está “haciendo mella” a la delincuencia organizada que tiene raíces profundas en estamentos gubernamentales bien conocidos porque ahora, se han vuelto tan descarados que no les importa que nos enteremos de sus sucios negocios. El viejo tango decía: “El músculo duerme, la ambición descansa”; aquí, aunque el músculo duerma, la ambición no descansa. Los narcotraficantes y todas las ramificaciones de “su mafia”, entronizada en grupos inimaginables, pervierten y matan de día y de noche, para satisfacer su codicia y su ambición ilimitada.
Y solo nos tenemos a nosotros mismos, las personas honorables y dignas que pretendemos evitar el descalabro total de nuestras comunidades tan golpeadas por políticos, narcos, asesinos y criminales de toda laya.
¡Que El Señor nos ayude y nos ampare!

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