¡INSEGURIDAD E IMPUNIDAD!

Aunque usted amigo internauta, esté preparando su comentario en contra del supuesto negativismo de los análisis que esta semana nos toca escribir, estoy preparado para responder que no tengo muchos motivos para estar contento ni satisfecho por lo que estos días nos ha tocado vivir: Y le hago el recuento de los hechos:
• El triste enfrentamiento entre fiscales del Ministerio Público de Huehuetenango que llega al público con la acusación de una dama que clama justicia ante los ilícitos cometidos en contra de su integridad por su propio jefe; este alega inocencia pero hace uso de los mismos recursos de litigantes mañosos para no presentarse a, por lo menos dos declaraciones y además impugna al Juez actuante, solicitando el traslado del juicio a otro Departamento. El elemento sobresaliente: La supuesta corrupción sospechada y ahora denunciada públicamente al interior de este ente investigador.
• El linchamiento de dos personas, acusadas de robo, en el municipio de Barillas, en donde los integrantes de “las fuerzas de seguridad” simplemente dieron un paso al costado para que la turba actuara a sus anchas.
• El secuestro de un adolescente de 15 años a cuyos padres les exigían casi un millón de quetzales para dejar ir con vida al estudiante. Los supuestos delincuentes fueron capturados y consignados. ¿El MP tendrá capacidad para investigar y lograr una condena para los cinco encartados? O los soltarán esta o la otra semana...
• El estado calamitoso de nuestras “autoridades”: Unos, constitucionalmente responsables de la seguridad de los ciudadanos, echándole la pelota a los otros porque son quienes manejan administrativamente los mercados, afirmando que son ellos los que tienen la obligación de brindar seguridad a sus usuarios. Entonces yo resulto ser el responsable directo si los delincuentes asaltan mi domicilio. Y otros, mas preocupados en sus negocios ilícitos y en sus finanzas que en el bienestar de la población a donde, desde hace mas de dos años, no llega ningún beneficio... de nada...
Huehuetenango señores, se ha convertido como en una nave sin dirección y sin norte porque carece de capitán, porque tampoco cuenta con bitácora ni menos plan de navegación, porque sus oficiales (que vendrían a ser los alcaldes) con notables y honrosas excepciones, no hace su trabajo mientras no se les “engrase” la mano, con el agravante que detrás de ellos hay otros operarios que exigen su cuota; son firmes seguidores de quien afirmó que “no hay obra sin sobra”.
Pregunto: ¿Tengo alguna razón esta semana para sentirme satisfecho y feliz por lo que está ocurriendo en Huehuetenango?
Aquí, como en todo el País, sobrevivimos de milagro ante la inseguridad y la impunidad reinantes.