domingo, 16 de enero de 2011

CICLO LECTIVO I

Estamos frente al inicio del Ciclo Escolar del año 2,011 y las expectativas no varían casi en nada de lo que vivimos en el principio del año pasado.
Las ventas de útiles escolares han permanecido abarrotadas durante esta última semana con la presencia de padres de familia que van a la compra de enormes listados proveniente de los diferentes establecimientos educativos del sector privado, con los que pudiéramos hacer un gigantesco monumento a la desconsideración, al desconocimiento de la situación económica actual y a la falta de respeto, tanto a los señores padres de familia como a los niños y adolescentes que ahora principian a adentrarse en la educación sistemática del País o están por reiniciar sus clases.
Los listados para útiles escolares de los chiquitines que ingresan al nivel pre-primario, en algunos colegios, ocupan toda una página de papel tamaño oficio, a renglón cerrado y con letra pequeña (fuente 10); imaginemos entonces como son los listados del nivel primario y los del Ciclo Básico.
Piden de todo, hasta lo que Ud., como padre de familia, menos se imagina: Un ejemplo: Cuatro cajas de crayones, cuatro borradores grandes... ¿Por qué tantos? ¿Será capaz un niño tan pequeño de terminarse, por ejemplo, un borrador grande cada dos meses? Solo imagínese la cantidad de papel de todo tipo (y hasta se atreven a pedir la marca del papel bond, obviamente el mas caro), de cuadernos también de la marca de mayor precio y piense Ud. en lo que le parezca mas raro que ahí va a estar en la lista de algunos colegios particulares.
La difícil situación económica por la que la mayoría atravesamos plantea una situación escabrosa al principio del año: Si nuestros hijos estudian en la iniciativa privada debemos gastar de Q.300.00 para arriba tan solo para satisfacer los requerimientos del colegio en útiles escolares menores; de Q.900.00 en adelante para la adquisición de los libros que venden en algunos colegios en donde parece que dichos textos están sustituyendo paulatinamente la labor que antaño correspondía al maestro; y para terminar, hubo que pagar la carísima inscripción mas la primera cuota mensual denominada “colegiatura”. Luego de estos “mínimos gastos”, Ud. se ha quedado con los “brazos cruzados”, las manos vacías y los bolsillos al revés.
Conozco casos de padres de familia que principian el año tronándose los dedos porque gastaron mas de lo que pueden por los “compromisos” de la época navideña, que no pueden controlar, y que acuden a los bancos o a los usureros en busca de dinero para solventar las cuentas de las librerías y de los colegios particulares. ¿Cómo van a “enderezar” su situación económica familiar quienes comenzaron el año de tan mala manera? Dios los ayude.
Pero el origen de este caos es provocado por la codicia y la voracidad de algunos colegios particulares, entre los cuales se cuentan algunos de los llamados “cristianos”, que son incapaces de actuar conforme a la doctrina de El Salvador que, convenientemente cambian (y hasta encuentran versículos bíblicos apropiados) simplemente para seguir enriqueciendo a “los pastores” y a los dueños implacables de los susodichos establecimientos educativos particulares, buenos (y muy buenos) ejemplos del capitalismo a ultranza.
Ante estos deleznables ejemplos, olvidémonos de un proceso educativo apostólico y con fines de excelencia y quedémonos con la certeza de que la educación privada (en muchos casos), es un “pinche” negocio, como el que más.

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