EL AÑO 2,011
Unas cuantas horas antes de comenzar a vivir dentro de este nuevo año, me encontraba ante la disyuntiva de redactar el último semanario del año 2,010 o bien, escribir el primero del 2,011; si me hubiese decidido por lo primero habría encontrado dificultades de tiempo y me parece que también de espacio en las páginas de internet que mis amigos han tenido la gentileza de poner a disposición de este esfuerzo periodístico; la fecha en que fue escrito el semanario anterior es un buen ejemplo de ello porque hasta uno de mis lectores locales me reclamó el hecho de que “Aquí Huehuetenango” estaba des-actualizado.
Mi indecisión quedó resuelta al conversar con mi esposa y pedirle su opinión; ella, por una serie de razones, se inclinó porque se implementara mejor, el primer semanario de este año que ya corre; “y donde manda Capitán, no manda marinero”.
Y aquí estamos viviendo los primeros días de esto que será un año indudablemente conflictivo, principalmente en el ámbito político, porque se trata del año electoral que se avizora lleno de confabulaciones y convulsiones; la carrera por los puestos de elección popular se ha iniciado y son pocos los políticos respetuosos de la Ley Electoral y de Partidos Políticos que establece claramente cuando debe iniciar y cuando finaliza el “dichoso” proceso.
Seguramente buena parte de nuestro trabajo para este año será utilizado para hacer referencia a lo que en este ámbito vaya ocurriendo; no puede ser menos porque las acciones y omisiones de los políticos deberán comentarse extensamente.
En el nivel económico los guatemaltecos deseamos que por lo menos tengamos el suficiente dinero para solventar las necesidades mas ingentes del núcleo familiar porque como van las cosas, hasta el ahorro se ha convertido poco menos que en un artículo suntuario del cual pocos hacen uso. Los análisis y estudios que se han hecho últimamente apuntan a que la macro y la micro-economía mejorarán este año, pero “las señas” nos dejan pasmados: Otro incremento grosero en el precio de los combustibles.
Se esperaría que cada uno de nosotros se convirtiera en un agente del cambio estructural que se necesita en la sociedad; que todos, sin excepción, asumiéramos la responsabilidad civil que nos corresponde a efecto de que, con nuestra actitud ciudadana responsable, pudiésemos obligar a los actores gubernamentales y municipales a obrar con total honorabilidad, transparencia e integridad a efecto de que los fondos públicos se utilizaran para los fines propuestos de beneficio a la población en general y no para engrosar los bolsillos de tanta gente corrupta como la que ha bregado en las aguas procelosas de la política criolla hasta el año 2,0l0, con escasas y rarísimas excepciones.
Lo mismo en el aspecto de la reducción de la criminalidad y la violencia: Solo si el pueblo unido lo exige como se debe, los niveles de inseguridad e impunidad disminuirán porque los agentes gubernamentales de los distintos organismos del Estado que están involucrados en ello, tendrán necesariamente que comenzar a cumplir con su deber constitucional; no es pedirles un favor, es exigirles el cumplimiento de las leyes del País.
En fin: Guatemala mejorará en todos los ámbitos de la vida nacional en la medida en que todos nos involucremos directamente en la resolución de estos conflictos. Nuestros hijos y nietos esperan recibir una patria mejor, gracias a la valentía de la generación de jóvenes y adultos de la actualidad. Así sea...
¡Feliz Año 2,011!.
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