EVALUACIÓN

Estamos apenas a unas cuantas horas de que termine el año 2,010 y bien vale la pena que efectuemos un alto en el camino y, tomando el tiempo que sea necesario, realicemos un examen de conciencia para saber con total objetividad e imparcialidad qué es lo que hemos hecho en nuestro beneficio, a favor de nuestra familia, de nuestra comunidad y en general, por nuestro País.
Cada uno de nosotros juega el papel que El Señor le ha encomendado desarrollar en la comunidad en la cual vivimos: Unos son funcionarios, como quien dice “aves de paso” que muy pronto volverán a los oficios que desarrollaban antes de serlo; otros son empleados públicos o de la iniciativa privada que, pudieran o no, dependiendo el caso, tener las horas contadas en el puesto que desempeñan; algunos son dirigentes de iglesias, líderes obrero-campesinos, sindicalistas, dirigentes de Ongs, diputados, jueces, magistrados, etc.; los menos somos comunicadores sociales y los mas, padres de familia trabajadores, honestos y decentes en su quehacer diario.
Todos, insisto, desempeñamos un papel importante en el desarrollo de nuestra vida pero todos también, tenemos un deber cívico-ciudadano frente a los destinos de nuestro País que nos obliga a mantener los ojos abiertos ante tanta barbarie, corrupción, violencia e inseguridad como se vive en Guatemala, que algunos han querido declarar como un “estado fallido”, tal la desesperación que la actual situación nos causa.
La preguntas que todos debiéramos hacernos son las siguientes: ¿Hemos hecho algo adicional para evitar la corrupción galopante, la inseguridad manifiesta y la violencia terrible que nos aqueja? ¿Formamos parte acaso de una auditoria social integrada por otros miembros de nuestra comunidad que haya solicitado cuentas a funcionarios de toda laya que “dirigen” los destinos del municipio y del País en general? ¿Hemos hecho alguna cosa para fortalecer la seguridad de nuestro vecindario y por ende de nuestra familia?
Si las respuestas a estas pocas interrogantes son negativas, será porque estamos esperando que el vecino resuelva los problemas que nos atañen a todos mientras nosotros nos quedamos sentados, en la comodidad de nuestra vivienda, esperando el momento para salir cuando ya todo esté resuelto.
Si nuestra actitud no cambia, si no nos volvemos pro-positivos y también actuamos, difícilmente nuestra situación variará para el año que viene; no podemos esperar resultados distintos si seguimos actuando exactamente igual como lo hemos hecho siempre.
Evaluación intrínseca es el paso inicial pero acompañada con actitudes diferentes que busquen el beneficio de la comunidad y tendientes al control o eliminación de la inseguridad, la violencia y la corrupción.