lunes, 24 de enero de 2011

¡VIOLENCIA!

En el curso de la presente administración gubernamental, escrito con todo respeto y sin el afán de mentir o cambiar la historia que se puede comprobar por los reportes policiales y periodísticos, jamás en Huehuetenango habíamos vivido en semejante ámbito de violencia y de impunidad. Y de verdad nos extraña mucho por cuanto se dijo hasta la saciedad que “la violencia se combate con inteligencia”.
Esperamos con ansiedad las acciones inteligentes que se tomarían para reducir los niveles de criminalidad y de impunidad, que nos han conducido irremisiblemente a este estado de angustia y desesperación, pero han pasado tres años ya y no vemos que haya cambios que nos lleven a una mejor calidad de vida en todo sentido.
Huehuetenango fue uno de los Departamentos de la República en donde se vivió lo mas crudo del enfrentamiento armado interno, cuando un grupo de gente armada, al margen de la ley, pretendió tomar el poder por la fuerza para imponer un nuevo estilo de vida a los guatemaltecos, implantándose un estado de guerra fratricida en que la mayoría de los combatientes, aún sabiendo que se estaban matando entre gente de la misma clase social, no podían frenar sus acciones por cuanto estaban manejados por pequeños grupos de elite, unos queriendo tomar el poder político y económico y los otros defendiendo la institucionalidad, tal el mandato de la Constitución Política de la República. Y esos “líderes”, que después se supo que no poseían ningún apoyo verdaderamente popular, nos llevaron a la debacle con matanzas sin ningún sentido que cercenaron la integridad de muchas familias guatemaltecas. Y Huehuetenango sufrió aquella vileza que ahora pretende volver con quienes, enquistados en partidos políticos, buscan seguir con esta huella de sangre por medio del voto popular.
Y aquí en Huehue. murió mucha gente inocente que, de manera perversa, hicieron participar en uno u otro bando; inocentes que, en ese momento, fueron tildados como gobiernistas o guerrilleros y pagaron con su vida, un “lenguazo” criminal de un desgraciado que quería que una de las facciones en pugna lo matara. Pero era la guerra y todo esto se dio...
Pero tenemos 14 años de que se firmó “la paz” y matan a la gente por “quítame esta paja”; tan solo recordemos la matanza de Agua Zarca; los linchamientos de los municipios de Huehuetenango, Malacatancito, Santa Bárbara y Barillas, por mencionar pocos; los asesinatos que se suceden semana tras semana y en los que han perdido la vida gente valiosa, en fin, jamás en la historia habíamos vivido lo que durante los últimos tres años ha ocurrido.
¿Será uno de los Jinetes del Apocalipsis que llegó cabalgando en horas de la noche y siembra el pavor y la muerte como anuncio del fin del mundo? ¿Será que este pueblo se ha alejado de La Mano de Dios y recibe el castigo Divino que merece? ¿Será que la ingobernabilidad espantosa que padecemos es el signo de que las estructuras gubernamentales y municipales han colapsado y nos indica a gritos que necesitamos un cambio político estructural de 360 grados?
Cualquiera que sea el origen de esta odiosa situación por la cual atravesamos todos tenemos la responsabilidad de emprender la lucha por un cambio total.

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