ALERTA:

Frescos deben estar en la memoria de guatemaltecos y huehuetecos principalmente los días en que se anunciaba la llegada a la cabecera departamental de una “secta satánica” que venía, según los rumores, a robar niños y adolescentes. Las calles de la ciudad se quedaron vacías principalmente al comenzar a entrar la noche; el temor se podía tocar con los dedos y vecinos de la zona 4 parecían ser los mas afectados porque por ese rumbo, se afirmaba, convergerían los “satánicos”.
Lo cierto es que aquella situación por demás difícil, tuvo un inesperado desenlace: El linchamiento de un ciudadano japonés (turista) y del piloto de la unidad que los llevó a Todos Santos Cuchumatán en donde fueron muertos salvajemente. Amanecía el Siglo XXI y también fue “el banderazo de salida” para las actividades “gruesas” del narcotráfico en este departamento fronterizo con la hermana república de México.
Años después, luego de ser testigos presenciales del avance de estas y muchas otras actividades ilícitas que se han desarrollado a ciencia y paciencia de las autoridades departamentales y nacionales de turno y que han hecho millonarios a mas de uno (de uno y otro bando), supimos de la matanza de la aldea de Agua Zarca en el municipio de Santa Ana Huista en donde funcionaba una pista para carreras de equinos de un cuarto de milla; dicho sea de paso, una pista con todos los detalles y lujos que la hizo destacar como una de las mejores de Centroamérica, con animales pura sangre y apuestas millonarias. El número de muertos fue elevado y nunca se supo cuantos perdieron la vida en el lugar.
Hoy, lanzando una mirada retrospectiva, vemos como la violencia extrema se trasladó a Alta Verapaz (en donde pusieron estado de sitio) y mas recientemente al Departamento de El Petén en donde los masacrados son 27 “labriegos” a quienes, en un exceso de saña, decapitaron como para dejar la “firma” y el “sello” de identificación. Otro estado de sitio pero sin tomar la determinación de proteger nuestra soberanía y seguridad ciudadana implementando de nuevo bases y destacamentos militares que un día aciago dispusieron retirar. Desmantelaron también los Departamentos de Inteligencia Policial y Militar. El resultado de aquellas disposiciones lo estamos sufriendo ahora.
Han aparecido, este fin de semana, mantas cuyo origen es bien conocido y que son mejor analizadas por importantes instituciones periodísticas cuyo comunicado presentamos en este semanario.
Lo cierto es que quisiéramos que las autoridades dejaran de hacer el papel de “re-accionarias” y se pusieran a trabajar de firme tomando la iniciativa y el ataque frontal en contra del crimen común y organizado; solo de esa manera, con todo el material, equipo y recursos humanos que el Estado de Guatemala posee y utilizándolos, ahora sí, con inteligencia, estrategia y táctica adecuadas, podríamos recobrar este País que estamos perdiendo aceleradamente.
¡Basta ya de alcahueterías y “medias tintas”! Es hora de defender los sagrados intereses de la Patria con honor y valentía.