ERROR MONUMENTAL:

Una vez mas nos quedamos boquiabiertos cuando acertamos a pasar por la 3ª avenida y 3ª calle de la zona 1 de esta ciudad, uno de los puntos mas céntricos cultural y comercialmente hablando porque en ese lugar están instaladas varias empresas muy reconocidas, el Teatro Municipal, la Escuela Jacinta Molina, la Escuela Edelmira Mauricio, ventas informales (una de las cuales tiene hasta estructura metálica que abarca parte de la calle) a ciencia y paciencia de nuestras “autoridades”.
Pues ahí, en ese céntrico y paradigmático lugar, la persona que funge como alcalde municipal mandó colocar dos grandes toneles metálicos de esos de 54 galones llenos de piedra (la gente les colocó, como guinda, bolsas de basura en la parte superior); ¿Para qué? Para que estrecharan la 3ª calle a efecto de impedir el paso de camiones o camionetas. ¿Por qué? Porque supuestamente, así se lo pidió el grupo de taxistas que aparcan sus vehículos sobre esa calle y evitar de esta manera que camiones y camionetas les rallaran sus carros…
Cuando se escucharon protestas públicas, personas muy molestas, el lunes en la noche, tiraron los toneles, les sacaron piedras y basura; ya habían ocurrido accidentes porque algunos conductores desprevenidos habían chocado con los obstáculos. Al día siguiente, martes, vino la reacción aún mas “inteligente” del “funcionario”: Mandó trabajadores municipales para con, almádanas en mano, rompieran el pavimento, que aún estaba en buenas condiciones, para hacer dos grandes hoyos, uno frente a La Moderna y el otro frente a la Jacinta Molina para fundir dos postes de concreto que, dijeron, a manera de bolardos, se utilizarían permanentemente para servir a los taxistas que pedían se protegieran sus taxis.
¡Otra protesta! Y esta todavía mas enjundiosa, haciéndole ver al supuesto alcalde “la monumental metida de pata” de su “inteligente” disposición; tanto así que tuvo que dar marcha atrás.
Fueron tres o cuatro días que deben registrarse en la historia del municipio de Huehuetenango, de desaciertos, de retrasos, de rezagos, de asignaturas perdidas, de errores, de “seguir haciendo pedazos” este nuestro pueblo que, cual maldición divina, ha tenido que soportar este período en que gente, totalmente inapropiada, se hizo cargo de la administración municipal cuando en su momento, debieron renunciar.
Pero “no hay mal que dure cien años ni enfermo que los aguante”; a estos señores, por la Gracia de Dios, les quedan solo tres meses que están aprovechando, según me informan, para dejar entrampada la gestión municipal de manera que la Corporación Municipal electa, inicie “desfaciendo los entuertos” de quienes en mala hora, solo llegaron para satisfacer espurios intereses personales que todos conocemos.
¿Será que al llegar presentaron sus correspondientes declaraciones juradas de estado patrimonial? Y ahora que se van ¿Habrá alguien que pida que les “cuenten las costillas”?.