SERENATA
Corrieron multiplicidad de rumores en el sentido de que la Serenata del Día de los Santos había sido suspendida por las autoridades; probablemente hubo la intención de hacerlo porque nosotros los huehuetecos ya sabemos quienes están a cargo de las oficinas públicas y municipales principales en esta cabecera departamental; probablemente aquel o aquellos a quienes se “les alumbró la linterna” expresaron su intención con base en el Estado de Calamidad Pública decretado y, a lo mejor, un poco de vergüenza por el corral que rodea “la plaza de la vergüenza”, pero a quienes se lo comunicaron, seguramente les contestaron que sería, esta disposición, “el broche de oro” con el cual cerrarían su gestión pública plagada de despropósitos, de disposiciones absurdas, de “negocios” cuyas facturas están en donde deben pero en los cuales solamente ellos, han sido los beneficiados y demás “historias” que todos conocemos.
Pero “la serenata” si va con todo su encanto y también con todas aquellas cosas que la han mixtificado y que obligaron a un retiro voluntario a muchos serenateros de pura cepa, que hoy ya no encuentran acomodo ante la avalancha imbatible de la tecnología moderna liderada por las nuevas generaciones.
¿Cuántos años de existencia tiene “la serenata”? Si partimos del hecho de que “la serenata” es una sola, con dos vertientes perfectamente establecidas, la del Miércoles Santo y la del Día de los Santos, nos enfrentamos a una incógnita de difícil resolución.
Pero podríamos ofrecer tres respuestas para que cada quien se quede con la que mejor le parezca: No. 1: Hay personas adultas que afirman que ya sus padres les llevaron de la mano, cuando niños, para que observaran y participaran a su manera en “la serenata”; ello nos trasladaría a tiempos inmemoriales. No. 2: Se afirma que don Gumercindo Palacios al frente de sus familiares y amigos, al volver del exilio que sufrieron en el Sureste de México, iniciaron con marimba “la serenata”, en el atrio de la Iglesia, ahora Catedral, como saludo y agradecimiento a la Virgen, Patrona del Pueblo. No. 3: El escritor Carlos Gómez (MARC) afirma en uno de sus trabajos, que fue don Rodrigo García Soto y otros amigos amantes de la música, quienes, con ensayos previos en la antañona residencia de la Profesora Guadalupe Soto de García de la 1ª calle y 3ª avenida de la zona 1 de esta ciudad, con permiso de la Jefatura Política de aquel entonces para que salieran el 31 de octubre de 1,940, iniciaron con una “concertina” esta famosa Serenata Huehueteca.
Como quiera que haya sido, estoy seguro que ninguno se imaginó la trascendencia de aquella primera vez; seguramente lo hicieron siguiendo el espíritu bohemio cuyo “gusanito” se nos ha metido a todos, alguna vez en la vida, a unos mas fuertemente que a otros. Pero de esas actitudes bohemias, aparentemente ingenuas, intrascendentes e inofensivas, surgen tradiciones hermosas como la que ahora nos ocupa y que, desafortunadamente ve empañada su imagen por decisiones torpes, absurdas y lesivas al honor de los huehuetecos, como esa que destruyó el Parque Central de Huehuetenango y que, en este momento, significa ni mas ni menos, que un valladar infranqueable para disfrutar plenamente esta bella tradición que hoy por hoy, nos llena de orgullo.
En todo caso tratemos de olvidar lo oprobioso de este y otros casos y vivamos a plenitud la SERENATA DEL DÍA DE LOS SANTOS.
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