LA POLICÍA…
Ha quedado establecido en nuestro comentario anterior que siempre hemos estado dispuestos a colaborar para que la PNC ejerza sus funciones correctamente en protección de vidas y bienes de la ciudadanía conforme a los deberes que tiene establecidos legalmente.
En esa entrevista televisiva a la cual hicimos alusión en nuestro comentario de la semana anterior, la petición formal de los funcionarios, especialmente del Sub-Comisario policial ahí presente, fue dirigida a los ciudadanos a efecto de que presentaran sus denuncias a los teléfonos que puso a disposición del público; sentimos que el público y nosotros aceptamos de buen grado la solicitud planteada: Llamar para denunciar.
El lunes 17, alrededor de cuatro elementos uniformados de la PNC, como a las siete de la noche se encontraban en una venta de licor de la Colonia INVI, libando a mas no poder; cruzaron la calle y acosaron a una jovencita que acompañaba a una niña que, ante la presencia de hombres ebrios y mal-nacidos, respondió con un llanto de miedo; la joven, obviamente asustada no sabía que hacer; los policías ebrios y posiblemente drogados continuaron con su actitud amenazante contra todo lo que se moviera. Un caballero que pasó por el lugar, que había copiado el teléfono del Sub-Comisario, le llamó de inmediato para hacerle ver la situación.
Probablemente y en medio del licor bebido y la droga consumida (estaban “cruzados”) el grupo se disgregó; uno de los elementos (nocivos para una institución como esa) dirigió sus pasos hacia el oeste; en la 12ª avenida y 10ª calle de la misma colonia estaban estacionados varios vehículos en ambos lados de la avenida y un joven, propietario de uno de ellos, conversaba con una señorita en la puerta del domicilio de esta última; la energía eléctrica se había cortado hacía tiempo y el reloj estaba por marcar las nueve de la noche. El sujeto ebrio y drogado, con palabras soeces y actitud prepotente y abusiva, exigió los documentos del vehículo; el caballero, bastante comedido, le entregó los documentos pero le hizo ver el estado en que se encontraba; esto enfureció al policía “cruzado”.
Mientras tanto la señorita ingresó a su domicilio y llamó a su progenitora quien salió con el propósito de intervenir para zanjar la situación; habló con el sujeto pero este respondió como lo que es: Un patán borracho y drogadicto; ante esto ella llamó al teléfono del Sub-Comisario para pedirle su apoyo…No pasó nada.
El borracho de la historia dispuso retirarse robándose los documentos propiedad del caballero pero para dejar sentada su “autoridad”, disparó en la oscuridad de la noche.
No se pudo leer la chapa policial por la misma oscuridad pero es un sujeto de aproximadamente 1.80 Mts. de estatura, usa lentes, delgado (o escuálido?), despeinado (por lo menos en ese momento), sin bigote y de tez morena clara. No creo que aquí en Huehue tengan en la nómina muchos que se ajusten a esta descripción y seguramente ya tiene antecedentes nefastos. Me parece que ya se presentó una denuncia ante el MP que debe ser por abuso de autoridad, ebriedad y escándalo en la vía pública, robo de documentos y alguna otra cosa adicional como consumo de sustancias prohibidas, incluyendo amenazas.
Las preguntas abundan pero me conformo con estas: ¿De que sirven las denuncias ante la PNC? O ¿Están excluidas las denuncias contra miembros de la propia institución? ¿Cómo la PNC permite que en sus nóminas existan borrachos, drogadictos y gente indeseable para la sociedad como asaltantes, extorsionistas, secuestradores, etc.? ¿En manos de quienes está nuestra seguridad? Por último: En la PNC ¿Existe principio de autoridad? ¿Hay “don” de mando? O ¿A todos los debemos medir con el mismo rasero?
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