SEÑALES:

Cuando está por terminar un año, que es una sub-división de tiempo, la mayoría de las personas nos postramos en oración ante el Supremo Hacedor para agradecer que se ha llegado con bien a esa etapa, para pedir perdón por todo aquello que no pudimos realizar tal como nos lo propusimos y para solicitar apoyo para que se cumplan nuestros buenos propósitos que nos hemos formulado para la etapa similar que está por iniciar; generalmente nos centramos en esto último: Pedirle a Nuestro Dios que nos ayude para hacer las cosas según sus designios, que significa, hacer el bien “sin mirar a quien”.
Estoy convencido que una cosa similar debe pasar por la mente y el espíritu de aquellos ciudadanos que se sometieron al escrutinio popular y participaron en una elección para ocupar cargos de dirección dentro del Gobierno Central y en los Gobiernos Municipales. Y quiero ser enfático en afirmar que así debe ser entre las personas que realmente van con el deseo de poner sus capacidades, calidades y cualidades, al servicio de la comunidad.
Al terminar ese período desgastante y complejo que significa la campaña proselitista, en la cual aportaron lo mejor de sí mismos y adoptaron estrategias precisas que los llevaron al triunfo, seguramente se colocaron de hinojos y tomaron la actitud de seres humanos muy agradecidos y, en bandeja de oro, han puesto el poder político que han obtenido, en las Poderosas Manos de Dios, al servicio de su pueblo.
Y en lo mas profundo de su corazón y ante El Señor, habrán pedido perdón por las ofensas en las cuales pudieron incurrir en contra de sus rivales políticos y también habrán perdonado todas aquellas calumnias, infamias y maledicencias con las que quisieron vencerlos y que, en su momento, circularon con profusión entre el electorado que supo discernir y votar por quien realmente lo merecía.
Antes de iniciar su gestión, que no llega a los veinte días, postrados nuevamente ante El Señor, seguramente vuelven a pedir la Iluminación Divina para efectuar el trabajo que pidieron, de la mejor manera posible, o sea, en beneficio de la gente por medio de una gestión legal, legítima, humilde, correcta y productiva, pero con estricto apego a la justicia y a los cánones que las leyes Divinas y terrenales estipulan; caso contrario, su gestión será repudiada mas pronto de lo que cualquiera desearía.
A tan pocos días de que los gobiernos Central y Municipales iniciaron, ya tenemos señales que evidencian por donde van y hacia donde quieren llegar; quienes a eso nos dedicamos estamos analizando esas primeras acciones que definitivamente marcan el camino que seguirá cada gobierno.
Si en el municipio de Huehuetenango hay muestras que se trata de arreglar la casa (ordenar a lo interno la Municipalidad), que con los pocos recursos disponibles se procede a efectuar trabajos urgentes de beneficio colectivo, que se buscan apoyos externos para solventar otras necesidades para cuya solución no existen recursos en el gobierno municipal y que se trata de atender, explicar, divulgar y ayudar en la medida de las posibilidades, entonces diremos que las señales son positivas y que, esperamos, que el camino que se ha iniciado, sea el correcto.
Si es que en el andar, en el recorrido del camino emprendido se cometen errores, que seguramente los habrán, se tendrá que reconocerlos, aceptarlos y enmendarlos; eso es parte de la sabiduría y de la humildad.
Si por otro lado, en el Gobierno Central, en las primeras de cambio se producen anomalías y errores de grueso calibre y además van por el camino de la comisión de ilegalidades demasiado evidentes, entonces las señales que se envían a la población, tienen necesariamente que ser preocupantes y nos harían pensar que, algunos, están equivocados y necesitan, aunque parezca demasiado pronto, hacer un alto en el camino, descansar, meditar y si lo consideran necesario, efectuar un golpe de timón para cambiar de rumbo y dirigirse a puerto seguro.
¡Nadie quiere ilegalidades, nadie quiere injusticias; todos pedimos paz y tranquilidad! ¡Eso solo se logrará con un gobierno fuerte y firme pero dentro del ámbito de la ley!