domingo, 15 de diciembre de 2013

EL RINCÓN DE EDWIN. Entre santos y pecadores, entre el cielo y la tierra, entre el cuerpo y el espíritu. Economía, política y religión. Las confusiones económicas del Papa Francisco.

Su Santidad, el Papa Francisco está invitando a nuestro desapego total a toda forma de riqueza.  En dicho contexto, vale recordar que Dijo Jesús al rico: "... ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y Me sigues" Marcos 10:20. Ejemplos hemos tenido: El Santo Hermano Pedro de Betancur, San Francisco De Asís, San Benito de Nursia, San Juan Bautista de La Salle y mi propio maestro, el Dr. Joseph Keckeissen.

Algunos de ellos, no obstante su alta capacidad para generar riquezas materiales, llegaron a vivir en la miseria y la mendicancia; otros optaron por vivir en  alguna cueva. Madre Teresa de Calcuta vivía en la total pobreza y pedía dinero para la gente pobre. Es la entrega total por amor al prójimo. Pero sólo es posible pedir al que tiene para dar al que no tiene, luego que hayan acumulado ahorros esos que tienen y, los que han dado se hayan desapegado de sus ahorros y los de sus padres (no se puede pedir naranjas al naranjo que no tiene nada).

El problema del equivocadamente tildado "capitalismo salvaje" surge cuando los que se han sacrificado no consumiendo (prefieren no beberse unas cervezas o comer humildemente "tortilla con sal o con chirmol" en vez de grandes manjares) y ahorrando, no quieren regalar ningún centavo de lo mucho que han acumulado, luego de tantos sacrificios al no haber disfrutado del fruto de sus ahorros. El capitalismo es el sistema resultante del sacrificio de consumir y ahorrar.

Pero el Papa Francisco claramente no ataca al capitalismo en su esencia. Erróneamente y ello debido a su desconocimiento de la profundidad de la Ciencia Económica llama "Capitalismo Salvaje" al sistema económico denominado Intervencionismo Económico a través del Estado o también conocido con el nombre de Mercantilismo, el cual genera como el llama "poderosos" a gente privilegiada por los Estados (políticos, gente que vive a expensas de los demás y que se autodenomina "Empresario" o miembros allegados a los partidos políticos, burócratas, empleados estatales,  familiares, amigos y compadres de  todos ellos). Es ese intervencionismo gubernamental al cual se le conoce también en los tiempos actuales con el nombre de "NeoLiberalismo", el cual es totalmente antagónico al Capitalismo.

Lo más grave del error del Papa Francisco reside en pedir que sean esos mismos  políticos los que remedien dichos males (inocencia profunda de Su Santidad que reitero, es atribuible a su desconocimiento científico de economía, lo cual es completamente perdonable).  Doble error, acusar los tormentos del infierno diciendo que esos son los frutos del cielo y luego acudiendo a los demonios para remediar dichos males (los santos también cometen errores).  Resulta comprensible que la mayoría en el mundo confunda estos tales términos: Neoliberalismo con Capitalismo.

Por otra parte, pero en este mismo contexto, es muy común para aquél que no tiene nada ya sea por haragán o por incapaz, enmascarar la envidia en contra de su hermano, pidiéndole que no sea tacaño, pidiéndole que sea "generoso" con el desposeído o con el necesitado. Es lindo para el "Socialista" pedir que se reparta el dinero ajeno (y mejor si es para él -hay mucho parásito-), pero no tiene los arrestos suficientes para poner el ejemplo y vender su carro y su casa y ese dinero repartirlo entre los demás.

En el sistema capitalista, cada persona reparte libremente lo que posee, por decisión propia, espontánea, libre y voluntariamente. Pero reparte únicamente lo que es suyo, su ahorro derivado del sacrificio propio o derivado del sacrificio de sus padres que le heredaron el fruto de sus ahorros, o lo que le han regalado otros que prefirieron no comer o privarse de placeres para efectuarle regalos. El capitalista, jamás se pone a regalar abusivamente el dinero de los demás; mucho menos se dedica a pedirle a otros que regalen lo que él no tiene o no está dispuesto a regalar. ¡Tan chulo saludar con dinero ajeno!  (para eso llame a los políticos, es su especialidad).

 El origen de la riqueza radica en el ahorro (sacificio de no consumir). Esos ahorros invertidos se convierten en capital para incrementar productividad y por ende más riqueza y bienestar material. Tales decisiones son económicas. Pero hay decisiones que trascienden la economía y que se trasladan más al campo de la Fe, para pretender alcanzar las delicias del cielo, en la entrega total hacia el hermano.

Decía San Ricardo: "Si eres rico, mantente alerta; las promesas de Jesucristo no son para ti. Si tu corazón está adherido a tus riquezas, corres riesgo de perder el cielo. ¡Ah! ¡cuán difícil es no amar lo que se posee! ¿Cómo menospreciarás aquello que te obtiene estima y consideración? ¡Oh ricos, cuán peligrosa es vuestra condición! ¡Cuán de temer que, por haber gozado de los bienes de la tierra, no seáis privados de los bienes del cielo!".

La cosa como vemos, no es tan sencilla. El ser humano está sometido a profundos conflictos internos. Se puede optar por los extremos: a) el apego total a las riquezas de este mundo y el desapego total a las riquezas del cielo y b) el apego total a las riquezas del cielo y el desapego total a las riquezas de este mundo.

Sin embargo, en el mundo hay santos desapegados de las riquezas de este mundo, pero también pecadores y santos que gustan de poseer casas, hacer uso de vehículos, deleitarse en estudios universitarios, utilizar aviones, helicópteros, tronos  cubiertos de terciopelo, comedores de tortilla, frijolitos,  pan, güisquiles, pavos adobados, chuletas de cerdo a la barbacoa, tortillas españolas, cervezas, deliciosos vinos, quesos manchegos, corderos asados y lucir magnánimas joyas, aunque todo esto en forma moderada, tampoco constituya pecado.  De allí la necesidad del conocimiento de orden de la libertad y el sistema capitalista, aplicable a santos y pecadores, que en nada corresponde al concepto equivocado que radica en el cerebro de Su Santidad.

De allí la importancia de profundizar en la Ciencia Económica, la Ciencia Política y el Derecho, para ayudarse en el alivio de los sufrimientos interiores y al disfrute de la plenitud de la vida, que viene de Dios. Conocimiento verdaderamente enriquecedor, así como el estudio de la Razón y la Fe.

Edwin Rocael Cardona Ambrosio
Huehuetenango, 4 de diciembre de 2013

0 comentarios:

Publicar un comentario

Envíenos sus comentarios. Los comentarios que contengan expresiones soeces o fuera de lugar serán eliminados por nuestro equipo de moderación. Rogamos incluir su nombre y correo electrónico.

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio