RECTIFICACIÓN O RATIFICACIÓN:
La honestidad y la ética personal principian por el reconocimiento de los errores u horrores cometidos; pero eso solo no basta, debemos reconocerlos con hidalguía y si son cuestiones de tipo mediático, la publicación aclaratoria y las disculpas correspondientes, debe ser inmediata, si esto es posible.
Hace
un par de decenios, años mas, años menos, recuerdo haber publicado una crítica
relativa a las desviaciones que, a mi juicio, cometía un funcionario público;
como escribía todos los días abordando tópicos diferentes, la presión era muy
fuerte (y esto último no es ninguna justificación banal); y en aquel
“editorial” escribí una generalización imperfecta en donde “pasé a traer” a
personas que de ninguna manera merecían mi alusión; reclamaron de inmediato con
sobrada razón y mucho mas temprano de lo que se podía esperar, surgió mi
rectificación y las consabidas disculpas. Ahí se zanjó el problema pero a mí,
aquel error, no se me olvidó y me sirvió para tener mucho cuidado cuando
escribo críticas, para que no se
conviertan en ofensivas en contra de personas decididamente inocentes.
O
sea, aprendí que, a pesar de la inmediatez, no debo olvidar reglas de
caballerosidad, de decencia y de ética periodística. Es mas, nunca la
emprendemos en contra de personas, sean funcionarios, empresarios, periodistas,
trabajadores en general, que no nos afectan ni ofenden sin provocación, o que
hacen las cosas para bien de todos.
Lo
que escribo o hablo como periodista lo puedo repetir como caballero y defender
como hombre porque sé que es una verdad demostrable testimonial y
documentalmente hablando.
Estas
normas de veracidad y respeto no debieran olvidarlas quienes escriben ahora con
frugalidad (y muchas veces sin sentido) en el FB. Atacan sin ser aludidos,
incluso después de haberles aclarado y demostrado que cometieron errores en su
ofensa original; pero siguen despotricando con terquedad y sin motivo, por el
simple deseo de vilipendiar y desprestigiar; como que algo anda mal en su vida.
Esos
ataques infundados (mentiras y calumnias incluidas), dan pie para que otros,
con la cola mas que machucada, salten a la palestra para abonar en la insidia y
en la ofensa sin argumentación ni mucho menos evidencias de lo que afirman:
¿Qué os pasa? ¿Es que no recordáis vuestro pasado no muy lejano ni muy límpido
que digamos?
“Yo
respeto”, repetía con frecuencia Bora Milutinovic, un excelente entrenador futbolístico
que dirigió por lo menos cinco selecciones nacionales de diferentes países y
continentes; porque “el respeto al derecho ajeno es la Paz”, acuñó Benito
Juárez, el Benemérito de las Américas.
¿Será
mucho pedir que solo si tienen argumentos sólidos para la confrontación los
hagan públicos? Porque de lo contrario la respuesta, a la cual tengo todo el
derecho del mundo, podría dolerles y afectarles demasiado. Y es que conozco
bastante la historia de mi pueblo y sus habitantes…
Para
terminar quisiera pedirles un favor: Olvídense de ciertas miserias espirituales
y “háganme la campaña” de tratar de ser todo lo felices que puedan en el año
2,014.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Envíenos sus comentarios. Los comentarios que contengan expresiones soeces o fuera de lugar serán eliminados por nuestro equipo de moderación. Rogamos incluir su nombre y correo electrónico.
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio