ALGO HUELE MAL…
“Algo huele mal en Dinamarca…” esta frase, que se
convirtió en una sentencia en el ámbito de la política marrullera, se origina
de la obra “Hamlet, Príncipe de Dinamarca” escrita por el notable pensador y
literato Inglés Wlliam Shakespeare, cuando un soldado le informa, al príncipe, del asesinato de su padre. Esto es, una frase
que no solo habla de corrupción al más alto nivel, sino de aprovechamiento,
oportunismo y hasta muerte.
En varios países latinos incluyendo Guatemala solemos
decir “Todo está podrido en Dinamarca”, refiriéndonos a la enorme corrupción
existente a nivel público y privado; a raíz de los acontecimientos
protagonizados por muy buena parte del pueblo el año anterior y que concluyeron
con la defenestración de la cúpula del poder ejecutivo, creímos que todo
cambiaría para bien; lamentablemente, ya sea por elección o nombramiento,
algunos han llegado a ocupar cargos públicos que, por sus antecedentes, sabemos
que son corruptos, ladrones, usurpadores y sinvergüenzas que, en apenas dos meses,
ya comenzaron a hacer de las suyas Confían en la impunidad y en la corta memoria
de los ciudadanos.
Sin embargo, en dependencias del Ministerio de Educación,
no estábamos muy acostumbrados a ver o saber de movimientos “shucos”; hoy, para
mi desagradable sorpresa, me he enterado de una deleznable actitud de ciertos
“funcionarios” de la Dirección Departamental de Educación que pretenden obligar
a una catedrática y a la parte administrativa de un establecimiento de la
cabecera departamental, a que cambien la pobre calificación de determinado
alumno para que gane un curso que perdió en la evaluación correspondiente; los
protagonistas se han negado rotundamente a tan sospechosa implicación que se
está convirtiendo no solo en un mandato ilegal sino también en la paralización
de procedimientos administrativos que podrían afectar a más de medio millar de
estudiantes; pero eso parece ser que no les importa; lo que quieren estos
sospechosos “funcionarios” es que el alumno apruebe el curso perdido, a como dé
lugar pero los cuadros correspondientes están elaborados, firmados y
respaldados. ¿Por qué la insistencia para favorecer a un alumno mediocre? ¿Cuál
es el interés? ¿Qué recibirán a cambio de esta actitud a todas luces ilegal?
Debo agregar que en mi larga experiencia como Maestro,
más de 35 años, nunca un Director, muchos menos un Inspector, Supervisor o lo
que fuere, como ente superior departamental, supe que haya intervenido para
que, alguno de nosotros, cambiara una calificación; si alguien lo intentó, seguramente
se arrepintió. La decencia, la sensatez, la ética profesional prevalecieron
sobre cualquier tipo de interés.
Por lo visto han desaparecido estos valores éticos y
morales en la Dirección Departamental del MINEDUC que debiera ser ejemplo de
rectitud, honestidad y decencia porque, nada menos, tiene a su cargo la formación de las nuevas
generaciones.
Lo que se espera es un proceso de investigación profundo
ordenado por el Ministro a quien, si lo vemos por acá en esta Semana Santa, se
lo vamos a solicitar personalmente. Porque la guadaña de la justicia debe
cercenar las cabezas de los corruptos, estén donde estén. ¡Ya es la hora¡
¡Erradiquemos el mal olor, que ya apesta, ahí donde se encuentre!
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