EL NEGOCIO DEL FÚTBOL

A la mitad de la presente semana se ha producido otro acontecimiento que, para nada, ayuda a la tranquilidad y a la alegría de una gran porción de guatemaltecos amantes del fútbol.
Debemos decir, a pesar de que todos lo sabemos, que el balón-pie es el deporte rey en Guatemala y lo ha sido desde siempre, porque en todas las regiones del País hay un lugar con el espacio necesario para darle patadas a una pelota hecha de lo que sea; y para darle patadas, no necesariamente hay que tener zapatos; es entonces, el deporte de los pobres, aunque los ricos hagan mas dinero con su explotación.
Quienes con mucha visión “capitalista” o “empresarial” decidieron convertir al fútbol en un señor negocio, sabían muy bien en lo que se metían. Aquí en Guatemala principia la gran explotación del negocio originalmente de la mano de los directivos de la CDAG y de la Federación Nacional de fútbol, a las que se agrega la famosa Comisión de selecciones, principalmente cada cuatro años, formando una llamada “selección nacional” en donde, solo en épocas pasadas, participaban los mejores futbolistas; hoy eso es parte de la historia; hoy se escogen a los muchachos que mas se adaptan al negocio, a “los de la foto”, pues.
Los comerciantes del fútbol crean el ambiente preciso para despertar la ilusión de un triunfo nacional y de una participación mundialista que carece de protagonistas de esa talla; pero aprovechan para vender de todo: Ilusiones, publicidad, camisas, camisetas, gorros, gorras, bufandas, banderas, banderines, entradas carísimas a los estadios, viajes, excursiones, llamadas telefónicas de apoyo (que se han convertido en el negocio del siglo) y mucho mas, con la colaboración de “comentaristas, narradores, locutores” que de buena o mala fe, hacen un trabajo vital para que la ilusión (podría escribir “el negocio”) se mantenga vigente hasta las últimas consecuencias. ¿Ya se puso Ud. a pensar en la cantidad de dinero que se mueve alrededor de la Selección Nacional? ¿Ya pensó Ud. a la bolsa de quienes va el GRUESO de esa cantidad millonaria?
Pero el negocio, por lo menos para este mundial, parece ser que se acabó. Cuando solo falta una fecha para concluir con esta ronda inicial Guatemala suma cinco puntos y deberá jugar de visita con el equipo gringo que tiene 12 unidades, mientras Trinidad y Tobago (que cuenta con 8 puntos) jugará como local frente a Cuba que posee los tres puntos que le ganó en buena lid a Guatemala. ¿Tiene Guatemala alguna posibilidad de quedar en segundo lugar con este panorama? Yo, particularmente no lo creo. Dicen que la esperanza es lo último que muere, pero aquí pienso que ya murió. No podemos seguir alentando una ilusión que en la práctica, no existe.
En cualquier deporte, pero en el fútbol en particular, para triunfar, se deben conjugar todos los elementos que se necesitan: Infraestructura, cuadros directivos, planificación, elementos convocados, dirección técnica, etc., etc., etc., y TODO de primer nivel; otra cosa, no sirve. Y aquí fallamos en TODO. Lo primero que deben tener los involucrados es patriotismo y amor al deporte nacional; eso por ahora se ha sustituido por el amor al dinero. Para que alguna vez Guatemala asista a un Mundial de fútbol se debe cambiar de raíz, todo lo que se ha hecho hasta ahora: Directivos (que ya debieron renunciar por dignidad), infraestructura, estructuras que ya caducaron, comenzar a trabajar con fuerzas básicas infantiles, planificar, escoger jugadores pero no solo del Comunicaciones y Municipal (buscar talentos en todo el País), seleccionar un cuerpo técnico de primer nivel y olvidarnos de los “bolillos” y de los “pimitivos” y gentes como ellos que solo han venido a “sangrar” a Guatemala y en fin, comenzar de cero, cambiarlo todo pero, repito, con patriotismo y amor al deporte, olvidándonos del “pisto” que todo lo ha corrompido.
Y no me da pena la decepción que un nuevo fracaso ha ocasionado en personas mayores de 18 años porque saben lo que hacen y en lo que creen. Me conmueve ver las lágrimas, las caritas tristes y compungidas, y los espíritus acongojados de los niños y adolescentes que estos mercaderes del fútbol han engañado siempre, ocasionándoles serios traumas, por su único afán de enriquecerse y viajar a costa del dinero del pueblo. No escribo lo que se merecen porque es impublicable.
¡Basta de engañar a la afición! Si no conocen y por lo tanto su trabajo nunca rendirá los frutos esperados váyanse a la...”china hilaria”.