domingo, 8 de febrero de 2009

TRAGEDIA CIUDADANA

La situación por la que actualmente atravesamos en Huehuetenango, conforme a los últimos acontecimientos que se anotan y publican en los diferentes medios de comunicación, solo la podemos calificar de trágica.
Veamos: Se reporta el descubrimiento de automotores robados en las instalaciones de un medio de comunicación y de inmediato se recuerda que ese mismo medio fue, conforme a la denuncia presentada en su oportunidad, motivo del asalto a sus instalaciones, de donde se llevaron todos los aparatos y equipo de transmisión que probablemente pertenecían a la empresa cuya frecuencia les fue arrendada.
Madres desnaturalizadas, por muchísimas razones que sería prolijo enumerar, han abandonado a sus hijos recién nacidos, no solo en los centros hospitalarios, sino hasta en basureros, con el único objeto de desembarazarse de ellos porque no los quieren mantener, porque los rechazan de plano, porque su naturaleza misma no es congruente con la maternidad; en fin, “salen” de ellos como que si fueran cualquier objeto inservible.
Una Junta de Seguridad, excediéndose totalmente en sus funciones de protección a sus vecinos, detiene un vehículo en horas de la noche; viajan dos jóvenes que viven en las inmediaciones del lugar y en un confuso incidente, integrantes de la junta, asesinan a uno de los muchachos.
Calles, avenidas, caminos vecinales y carreteras circunvecinas al centro urbano de la cabecera departamental, se llenan de basura (en cuyas bolsas van animales muertos) que se despedazan por acción de los perros o porque las llantas de los vehículos las pasan destrozando. La pestilencia y la contaminación se apoderan de la ciudad y las protestas son masivas e inevitables; los responsables tienen reuniones con representantes de instituciones gubernamentales en busca de una solución que les permita un “respiro de aire puro”.
En menos de una semana, dos conductores de la misma empresa de transportes son atacados a balazos, supuestamente, por negarse a pagar las extorsiones de que están siendo objeto por parte de pandilleros juveniles; el primero en ser atacado muere en el acto y el segundo queda gravemente herido a consecuencia de cuatro proyectiles de arma de fuego que recibió en su anatomía.
El asesinato del Director o Asesor Financiero de la Municipalidad de Huehuetenango se investiga por las autoridades del Ministerio Público que maneja varias hipótesis que apuntan a un móvil político-financiero; desde la oscuridad del anonimato se pretende desviar la atención para convertirlo en un “crimen pasional” (¿).
Para variar, otro diputado por Huehuetenango que se agrega a una larga lista de “los mismos” aparece, en horas de la madrugada, inconsciente dentro de su automóvil (quien sabe a consecuencia de qué), en el centro de la llamada “zona viva” de la ciudad de Guatemala; organizaciones de seguridad y auxilio ciudadano, se presentan para socorrerlo e iniciar las investigaciones (¿¿?).
El Grupo de Expansión Empresarial, Sociedad Anónima, que es la responsable por concesión municipal, de recolectar, clasificar y depositar los desechos sólidos de la Cabecera Departamental ha sido “echada” por vecinos y miembros de la Corporación Municipal de Malacatancito porque, con evidente abuso, estaban tirando camionadas de basura en áreas boscosas de la aldea de Piache, sin contar con autorización de la Municipalidad local y supuestamente, sin respaldo de ninguna otra autoridad jurisdiccional; es la misma empresa cuyas acciones fueron repelidas y abortadas por vecinos de la comunidad de Las Pilas y del cerro Ixcuná del municipio de Huehuetenango.
Si a esto le sumamos la ineptitud, la incapacidad y la corrupción con que se están manejando algunas dependencias en donde se tratan cosas atingentes a nuestra comunidad, tenemos lo que hemos denominado como una verdadera tragedia local.
La pregunta es: ¿Los huehuetecos nos quedaremos con los brazos cruzados ante este estado de cosas que nos agobian y nos perturban? ¿Permitiremos que la situación se deteriore aún mas de lo que está? O ¿Actuaremos tal como debemos?.
Caso contrario no debemos “llorar como mujeres lo que no sabremos defender como hombres”.

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