CONFABULACIÓN
Así lo ha definido una de las personas que se vio involucrada en el último “affaire” del alcalde municipal luego de 360 días al frente de la comuna huehueteca.
Resulta que el lunes 19 de Enero los habitantes de por lo menos diez comunidades entre las que podemos mencionar Llano Grande, La Estancia, Las Pilas, Río Negro, El Valle, La Barranca, el Orégano del lado de Huehuetenango y algunas de El Quiché como El Granadillo y otros caseríos del municipio de San Pedro Jocopilas, dispusieron hacerse representar en el Km. 218 de la carretera que de Huehuetenango conduce directamente a la cabecera departamental de El Quiché, para levantar un acta, con la presencia del alcalde municipal, en la cual el “funcionario” se comprometería a no botar mas basura en la comunidad de Las Pilas por cuanto, por no realizar un trabajo técnico y profesional en este aspecto, los habitantes del sector están siendo damnificados de una manera cruel.
El alcalde se presentó al lugar para, supuestamente, solventar el problema a sabiendas de lo que se trataba; principalmente enterado que los habitantes no permitirían mas el paso de los camiones con su cargamento letal.
Cuando por fin el alcalde decidió bajar del vehículo, una lujosa camioneta agrícola que lo conduce siempre, los habitantes le increparon que hubiese escogido precisamente su comunidad para tiradero de basura sin estudios ni contemplaciones de ninguna naturaleza provocando con ello la contaminación total del ambiente, de las aguas que surgen en nacimientos, del caudaloso Río Negro, las enfermedades y muerte que sufre el ganado de los comuneros, la proliferación de moscas, roedores y reptiles, los olores nauseabundos que se desprenden del basurero, los incendios provocados cuyas fétidas emanaciones lleva y trae el viento, los “cercos” ya establecidos por las aves de rapiña y lo peor, las enfermedades que a esto unido, ha provocado en los vecinos, principalmente en los niños.
Razones para que los habitantes de este sector no quieran el basurero en su comunidad hay muchas mas, pero resalta la prepotencia y el abuso de las autoridades que sin planificación, sin consenso y con la sospechosa complicidad de jefes de casi todas las dependencias estatales fincadas en Huehuetenango, impusieron ese botadero de basura que provocó el hartazgo de las comunidades.
Una decisión inteligente del alcalde o de alguno de sus consejeros hubiese bastado para que las cosas no pasaran a mas: FIRMAR EL ACTA sin mas trámite porque se sabía de antemano que el basurero caducaba en ese preciso momento. Si se firma, todos hubieran agradecido la buena voluntad del “funcionario”; como su negativa fue tajante, los ánimos se caldearon mas de lo que estaban y gritaron que el señor no saldría del lugar mientras no firmara. La PNC, que estaba presente antes de la llegada del alcalde y acompañantes, no intervino mayor cosa; fue hasta cuando llegó el ejército que entraron a “sacar” al “funcionario”; pero todo ocurrió sobre la carretera asfaltada; los vecinos, hombres y mujeres, lo único que querían era resolver el problema pacíficamente mediante la firma del acta; la negativa los alteró pero nunca para lesionar a ninguno de los presentes; la llegada de los soldados, esta vez impropia, con lujo de fuerza y fuera de toda proporción, redujo las posibilidades de una mejor solución; su llegada y su retiro fue tan teatral que nos permitió ver que también en la institución armada existe una deficiencia total en cuanto a tácticas, estrategias y métodos adecuados para, en lugar de abonar a la violencia, se resuelvan los conflictos pacíficamente. ¡Que pena lo que vimos! Valdría la pena que el Alto Mando del Ejército revisara en los videos existentes la actitud de oficiales y soldados para enseñar como no se deben hacer las cosas.
Los vecinos con los ánimos mas caldeados que nunca porque alguno de ellos fue golpeado con un batón que, dicho sea de paso, quedó en poder de ellos, estuvieron a punto de lanzarse en contra de los Policías Militares que mal dirigidos y con actitud desordenada, se replegaron y volvieron al camión que se los llevó del lugar; el alcalde mientras tanto había sido evacuado en un pick up de la PNC que partió velozmente.
Conclusiones: Para explicar claramente por qué titulamos “confabulación” esta columna, debemos recordar que para clausurar el relleno sanitario de la empresa “Aseo del Valle” se montó una tragicomedia en donde, a la par de la intervención de muy pocas personas si lo comparamos con el número de vecinos que intervino el lunes, los representantes de la mayoría de instituciones estatales, incluyendo el gobernador, desestimaron los documentos legales que supuestamente poseen los propietarios de la empresa mencionada y declararon que la vida útil de ese relleno, había concluido; esos mismos representantes, arrogándose funciones que no les corresponden, declararon que el lugar escogido por la municipalidad en la comunidad de Las Pilas, era “perfecto” para tirar basura; el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, en un documento que posee la comunidad, hace constar, entre otras cosas, que ese botadero de basura es CLANDESTINO.
La confabulación de los representantes de las dependencias estatales para beneficiar los negocios ilícitos de cierto sector, está comprobada; se les olvidó que el Estado debe privilegiar el beneficio de las mayorías ante los intereses particulares; debieran “echar” a todos los que firmaron esos documentos vergonzosos.
La municipalidad otorgó la concesión de la recolección, transportación y reciclaje de los desechos sólidos de la cabecera departamental a la empresa denominada Grupo Expansión Empresarial, Sociedad Anónima que a partir del año pasado, sustituyó a la empresa “Aseos del Valle”; por lo tanto, ellos debieran ser los únicos responsables de ese trabajo, en su totalidad. Entonces: ¿Por qué el alcalde interviene tan directa y coléricamente? ¿Es que, como dice la gente, él es el socio mayoritario de la mencionada empresa? ¿Será cierto que en GEESA se socializan los gastos y se privatizan las utilidades? ¿Por qué esto último? Porque se afirma que los salarios totales que devengan quienes trabajan en el famoso tren de aseo, los paga la Muni, así como combustibles, repuestos y demás, mientras las utilidades van directamente al “socio mayoritario” de la empresa mencionada. No por nada los vecinos le espetaron al alcalde palabras que lo pintan como una persona muy, pero muy corrupta.
Además de eso, apareció alguien mas que hizo la observación que el “funcionario” había informado que como pago del año anterior, que fueron dos meses y días, por el arrendamiento del terreno convertido en botadero de basura en Las Pilas la Municipalidad erogó Q.150,000.00; lo cierto es que el propietario del terreno recibe Q.4,000 mensuales(¿?¿?¿?). Otro vecino hizo hincapié en la tontería de las decisiones del alcalde (tontería o corrupción porque se paga el arrendamiento de un terreno que utiliza una empresa que goza de una concesión) y en que “el tacuche” le quedó demasiado grande.
Quedan cosas en el tintero pero quiero terminar afirmando que este, no es un problema que afecte solo a los que tienen intereses espurios personales y a las personas de las comunidades a quienes, de todas maneras, les quedarán los volcanes de basura como recuerdo; no, nos afecta a todos y debiéramos exigir su resolución honorable inmediata...
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