domingo, 18 de enero de 2009

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Hace casi un año informaba por este medio que se habían estado robando las tapaderas metálicas de algunos tragantes bastante grandes de calles y avenidas de la ciudad; son especies de parrillas elaboradas con barras de hierro corrugado que desempeñan una función muy importante para evitar que vehículos pequeños y grandes, pero principalmente peatones, caigan en esos profundos agujeros.
Esta es parte de la labor principal de servicio a la comunidad que deben prestar las Corporaciones Municipales.
Pasó el tiempo, repito, casi un año, y por fin esta semana colocaron la famosa parrilla metálica en un tragante que está próximo al domicilio de quien esto escribe; sacaron del agujero de todo, porque había servido para introducir basura durante mucho tiempo; esto por la irresponsabilidad de gente que no debiera tener espacio para vivir en una ciudad como la nuestra. La resolución del problema, aunque tarde, se les agradece, no obstante que es parte de su obligación como munícipes.
Y vamos con la otra parte del cuento: Esta semana, un vehículo tipo pick up conducido y abordado por sujetos francamente indeseables (justamente de esos que no debieran vivir entre nosotros), traían en la palangana un perro encostalado y muerto que pretendían lanzar dentro del famoso tragante próximo a mi casa; conforme a la información de los testigos, el cálculo les falló y lanzaron su carga en la calle; no les importó que la gente los viera y que alguien haya podido tomar las placas del vehículo.
Los ocupantes del pick up, seguros de que su deleznable actitud quedará impune, se marcharon a toda velocidad; dentro de su nula capacidad intelectual y espiritual lo que hicieron merece una medalla.
Pero ahora pregunto: ¿De que enfermedad murió el perro? ¿Cuánto tiempo va a pasar para que la Jefatura de Area de Salud o la Municipalidad tomen cartas en el asunto? Inspectores de Salud, de ornato y “de algo” deben haber en ambas instituciones como para que ya hubiesen actuado porque, un espectáculo como ese, a lo mejor peligroso para la salud de los vecinos, no es muy enaltecedor ni es como para divulgarlo en el gobierno municipal de...
Si el tiempo pasa y no hacen nada, esa vía podrá recibir el apelativo de “La Calle del Perro Muerto” con los olores nauseabundos correspondientes.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Envíenos sus comentarios. Los comentarios que contengan expresiones soeces o fuera de lugar serán eliminados por nuestro equipo de moderación. Rogamos incluir su nombre y correo electrónico.

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio