EL FESTÍN DE LOS PERROS

El año pasado, cuando se dio el primer problema originado por el cierre de la carretera que transitaban los camiones de la empresa “Aseo del Valle” para depositar la basura en su relleno sanitario y ya no pudieron realizar su trabajo, una buena cantidad de bolsas grandes negras, evidencia de que en su interior hay basura, quedaron en las aceras de la mayoría de casas de la cabecera departamental, esperando ser levantadas por los trabajadores y llevadas a su destino final.
Como aquello ocurrió sin previo aviso, la mayor parte de esas bolsas fueron rotas por los perros callejeros que vivieron días de gloria alimentándose de los “desperdicios” de muchas residencias; pero la ciudad se convirtió en un enorme botadero de basura.
Algunos vecinos optaron por recoger sus bolsas, meterlas en un vehículo e irlas a tirar por ahí, lejos de su casa, pero cerca de los domicilios de otros vecinos.
Nos convertimos entonces en una ciudad sucia como pocas porque había basura por todos lados: calles, avenidas, caminos vecinales, tragantes sin tapadera, puentes, laderas, ríos, etc.; se ocasionó un daño tremendo al ambiente y proliferación de enfermedades; posteriormente, cuando entró la nueva empresa, las cosas casi volvieron a su normalidad.
Esta semana hemos visto, otra vez, por todos lados, bolsas de basura, muchas de ellas con su contenido fuera porque los perros han vuelto a las andadas y gozan de un nuevo festín; se alimentan mejor que nunca con el contenido de muchas de estas bolsas negras, del color de la conciencia de quienes han provocado este “desmadre”.
¿Cómo se solucionará? Esta es la pregunta del millón...Mientras tanto, Huehuetenango hoy por hoy, es un verdadero desastre. Está cobijando el “festín” de toda clase de chuchos, algunos muy voraces y hasta con rabia...