LAS FIESTAS JULIAS
En pocos días, si las cosas estuvieran normales en nuestro medio, principiarían las celebraciones anuales dedicadas a la Virgen del Carmen, patrona de la ciudad de Huehuetenango; pero me refiero específicamente a los desfiles con los que se anuncia que todo principiará en el campo de la feria.
Pero esta vez, tomando como base que en Guatemala ha ingresado una enfermedad que se conoce con el nombre de influenza A(H1N1) que, supuestamente es un derivado desconocido de la gripe común, que no es una enfermedad con características decididamente letales que, si bien es cierto no tiene una vacuna conocida, sí se conocen varios medicamentos para su curación, que se puede prevenir tomando medidas sanitarias casi idénticas a las de la gripe común y que, en fin, solo se conocen dos enfermos sospechosos de haberla adquirido en la región de las huistas dentro del Departamento de Huehuetenango, las autoridades de la Jefatura de Area de Salud recomendaron suspenderla, a lo que Gobernación y Municipalidad, sin pestañear, respaldaron esa posición y dijeron “este año nó”.
Tal como era de esperarse, varios grupos de la “sociedad civil”, como se le denomina ahora a algunas personas que se reúnen para ponerse de acuerdo sobre un asunto determinado, han protestado y solicitado que se celebren las Fiestas Julias ante el golpe que, ante la suspensión, sufrirá la economía en general del pueblo de Huehuetenango, porque se dejarán de realizar una serie de actividades comerciales que, todos los años, ayudan y mucho, a que circule el dinero y un número indeterminado de familias puedan salir de compromisos financieros.
Los opositores a la determinación oficial afirman, y en eso tienen razón, que el fundamento invocado no tiene fuerza lógica puesto que hasta pudo servir para educar a la población de manera que se tomaran las medidas preventivas que se requieren.
Nosotros mas bien hemos considerado, y así lo hemos publicado, que ante los problemas de contaminación provocados por la tardanza mayúscula en resolver el problema de la basura, el tiempo se les echó encima a los munícipes que nunca podrían montar la feria, tal como se debe, con los arreglos pertinentes para que la infraestructura del “dichoso” campo de la feria fuese funcional y práctica. Porque ese es un predio que lo único que tiene es un feo “cajón” sin ningún tipo de servicio y comodidades para montar el salón de exposiciones; escasez de energía eléctrica y agua potable, nulo servicio de desagües y servicios sanitarios y menos áreas pavimentadas y caminamientos apropiados para el acondicionamiento de negocios de todo tipo; y todo esto y mas, debiera implementarse para pensar en una feria local, sin siquiera pensar en hablar de “ferihue, feria internacional” (¿?¿?¿?).
Si a esto le agregamos la proliferación de enfermedades provocadas por la basura (fiebre tifoidea, rotavirus y demás que provocaron una epidemia de diarrea), entonces, ni siquiera pensar en Fiestas Julias (y esto sí es válido).
De todas maneras, a lo mejor ocurre lo mismo que cuando se ha suspendido oficialmente la feria: Los comerciantes de todas maneras, con licencia o sin ella, colocan sus negocios en donde mejor les parece y organizan su propia fiesta y la gente feliz, va a divertirse como siempre.
Un ejemplo claro lo estamos viviendo y sin ningún tipo de limitación o regulación, en el predio correspondiente de la zona 8, antiguo hipódromo y campo de la feria permanente a donde muchísima gente acude con frecuencia a disfrutar de lo que ahí ofrecen; sospechamos que esta “miniferia” se agigantará en Julio.
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