BARBARIE
Ya en una ocasión nos referimos a que el Departamento de Huehuetenango, entre otros primeros lugares de suyo muy tristes, está ocupando conforme a las estadísticas de los últimos tiempos, uno que tiene que ver con los linchamientos: La muerte violenta y terrible de sospechosos de la comisión de un delito por parte de vecinos de algún lugar que disponen tomarse lo que ellos llaman “justicia por mano propia”.
La justicia verdadera no tiene nada que ver con esta barbarie en la cual ahora somos campeones. Si no recordemos que en los últimos tiempos, solo en el municipio de Huehuetenango linchamos a seis jóvenes que algún día se sabrá si eran culpables o no de los ilícitos que se les adjudicaron.
Ahora, en el municipio de Colotenango, supuestamente, han linchado a otro muchacho de apenas 19 años que es sospechoso del asesinato de un Concejal de la Corporación Municipal de ese lugar; en el momento de escribir este comentario se decía que algunos vecinos buscaban a otros dos sospechosos del crimen para aplicarles el mismo “procedimiento”.
Como dirían algunas personas muy jóvenes, “nos estamos rayando” a nivel nacional e internacional; solo aparecemos en los noticiarios de Guatemala y el mundo por nuestro salvajismo; por ser proclives a los escándalos y el relajo; las imágenes que vemos en la TV de nuestro Parque Central se “adornan” con una multitud perseguida por antimotines que lanzan granadas y bombas lacrimógenas que lastiman a niños, jóvenes y personas adultas sin importar que participen o no en los disturbios provocados por políticos criollos desestabilizadores e irresponsables que, lo peor, son protegidos por la fuerza pública; han sido captadas también por las cámaras, las imágenes de quienes disparan contra los manifestantes y de quienes lanzan proyectiles de todo tipo; que incendian y destruyen la propiedad de los huehuetecos.
Nuestros paisajes que antes se lanzaban al mundo como un prueba de nuestras bellezas naturales, ahora se ven, pero empañadas por las imágenes de personas asesinadas o linchadas por la multitud.
Es cierto que a toda acción puede corresponder una re-acción determinada y tal pareciera que estas últimas son la consecuencia irrefutable de la falta de seguridad y de certeza jurídica que nos agobia; talvez todos tengamos parte de culpa, pero los tres Organismos del Estado, encabezan la lista.
¿Podemos tener esperanza de enderezar el rumbo? ¡Sí! Pero para ello cada quien debe empuñar su herramienta y utilizarla con responsabilidad y honorabilidad; desde los máximos Organismos del Estado hasta el ciudadano mas humilde; todos, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo por volver a los Caminos de Dios y actuar con humildad, sabiduría, paz y tranquilidad.
Es importante la oración y la comunicación directa con El Señor para que nos ilumine en esta oscuridad que ensombrece nuestro camino.
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