CELEBRACIÓN PATRIA

Como es costumbre y tradición, los días 14 y 15 de este mes de Septiembre, se organizaron algunos actos cívicos para conmemorar el 188 aniversario de la independencia de los países centroamericanos, mientras el 16 la misma celebración se efectúa en México, nuestro vecino, pero ellos llevan 199 años de vida independiente.
Como todas las comparaciones son odiosas no quiero entrar en ellas haciendo un parangón de las fiestas aquí y allá.
Bástenos afirmar que cada año que transcurre nuestras autoridades del gobierno central menos se preocupan porque las actividades tomen un curso diferente y algo vaya quedando en el espíritu y corazón de nuestros niños y adolescentes, talvez se deba a que conocen muy bien nuestra historia o a que una celebración como esta les viene “del norte”.
Lo cierto es que tenemos muchos años de ver con desconsuelo que el 14 y 15 de Septiembre se ven como un día cualquiera, excepto por el feriado que nunca dejan de disfrutar; precisamente por eso es que mucha de nuestra gente que posee los recursos para ello, no pierde la oportunidad de viajar a Quetzaltenango para llenarse los ojos de un espectáculo digno de admirarse.
Aquí, hubo un año en que para arriar la bandera, el 15 de Septiembre, había un grupo de alumnos representando a algunos establecimientos, elementos de la 5ª. Zona Militar, padres de familia y vecinos en general en un número apreciable; una tarima colocada frente al edificio de la Gobernación Departamental denotaba que ahí se estaban verificando actos especiales y que supuestamente, tendría que servir para que alguna autoridad, quien quiera que fuese, dijera por lo menos, palabras alusivas al acto y de agradecimiento por la participación de quienes ahí se encontraban; no se presentó nadie y a mí, me dieron muchos deseos de subir a la tarima y expresar mi sentir en aquel momento; al fin no lo hice porque seguro me hubiesen acusado de usurpación de funciones, cuando menos.
Antes y después de aquello estos actos no le merecen atención a muchos que debieran ser ejemplo tan siquiera de respeto para una importante fecha ciudadana que está plasmada en el escudo oficial de Guatemala.
Este año ha sido igual que siempre pero merecen nuestro reconocimiento los pocos alumnos, maestros, padres de familia y elementos castrenses que participaron en los actos del Parque Central.
Igual agradecimiento a quienes organizaron las actividades patrias que tuvieron su culminación en el Templo a Minerva en la zona 2 de la ciudad y a quienes participaron activamente en los actos; ha sido la primera vez que esto se organiza seguramente en rememoración de que, en este lugar, principalmente durante el gobierno de don Manuel Estrada Cabrera, aquí fue el punto de reunión del pueblo en general para fechas importantes como esta.
Cabe desear que, con el mismo entusiasmo que han hecho la primera, así sigan todas las celebraciones del futuro.
Mención especial merecen las personas, alumnos, maestros y padres de familia, procedentes de establecimientos de distintos lugares del Departamento y del País, que acudieron a las Ruinas de Zaculeu para encender su antorcha con “la llama de la Libertad”; ellos hicieron la diferencia este año, insertando un toque de civismo, alegría y entusiasmo a la festividades patrias.