domingo, 4 de octubre de 2009

P.M.T.

Siempre tratamos de ser consecuentes con las ideas que en un momento trasladamos a nuestros lectores del semanario “Aquí Huehuetenango”, sobre todo cuando se trata de analizar asuntos que tienen que ver con la tranquilidad y la paz de los vecinos del municipio.
Cuando se iniciaron los trámites para que el gobierno central trasladara la competencia de los asuntos de tránsito a la Municipalidad de Huehuetenango, expresamos claramente nuestro desacuerdo, no con el traslado, sino con el momento en que se pretendía efectuar y con la capacidad de quienes, en un momento determinado, se harían cargo de la dirección de la Policía Municipal de Tránsito.
Mencionando la capacidad de quien está a cargo de la PMT, el alcalde municipal afirmaba en una entrevista que sí tiene capacidad porque ha viajado a diferentes municipios en donde ya funciona este ente municipal, efectuando las observaciones pertinentes; en cuanto a su preparación intelectual no mencionó nada al respecto. De los agentes de la PMT dijo que los nuevos contratados han cursado el nivel básico, no se sabe si completo y si todos; de los que ya estaban trabajando como tales, afirmó que algunos solo habían cursado la primaria. De la preparación intelectual, moral, cívica y física que deben tener agentes de policía que tratarán permanentemente con el público, fue poco o casi nada lo que dijo.
Como ciudadano huehueteco común y corriente veo que en la conformación de este ente policial existen muchas deficiencias que se remarcarán con el correr de los días; puedo detectar que no existe una filosofía, ni doctrina, ni muchos menos objetivos claros y precisos que se pretendieran perseguir; casi estoy seguro que lo único que existe en la mente de algunos funcionarios es la cantidad de dinero que va a llegar a las arcas municipales en concepto de las multas impuestas por los dichosos agentes que, en un momento determinado, podrían decidir de “mutuo propio”, hacer las “rebajas” y “descuentos” a los conductores para no extender la remisión y quedarse con la plata. El ejemplo lo tenemos en algunos elementos de la PNC.
La pregunta que todos nos hacemos es: “Esta PMT es preventiva o represiva”(¿?¿?¿) ¿Qué podemos aprender o en que nos pueden ayudar jóvenes que jamás en su vida han conducido un vehículo y que hasta ahora tienen su primer contacto (quizás) con la Ley y el Reglamento de Tránsito? Un par de capacitaciones o (seamos optimistas) un par de meses de clases no le enseñan mayor cosa a gente adulta.
Me preocupan muchas cosas, desde las aceras pintadas de rojo allá en donde Ud. vaya, los privilegios de unos cuantos que pueden estacionarse en determinados lugares las 24 horas del día, la discriminación que ha traído consigo este asunto (vendedores callejeros), la poca visión de quienes han fomentado la PMT desde sus orígenes, las determinaciones tomadas sin ningún tipo de estudio o análisis técnico y profesional (ni siquiera han podido percatarse que los semáforos de la 6ª avenida jamás han estado sincronizados y que sirven tanto como la “carabina de Ambrosio”), que esta policía puede convertirse en el brazo represor de uno o del otro alcalde, etc., etc., etc.
Insisto: No es este el momento adecuado para iniciar la PMT con todas las de ley, principalmente por la ingrata ingobernabilidad que nos agobia.
Ojalá que esta decisión no se convierta en el “boomerang” que pudiera golpearlos con fuerza irresistible y destructora.

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