domingo, 3 de abril de 2011

EDUCACIÓN

Existen estudios profundos y serios que Ud. y yo podemos compartir o no, que dan como un hecho que todo aquello que se organice y ejecute para que la mayoría de los pueblos latinoamericanos, Guatemala a la cabeza, salgamos de la pobreza, tiene que pasar por un cambio profundo en el proceso educativo de nuestras naciones.
Por supuesto que los elementos fundamentales para un cambio positivo en la economía de los guatemaltecos son varios, pero deben estar encabezados por un sólida educación en todo sentido que deberá partir de sustituciones estructurales profundas en los planes y programas de estudio que persigan el logro del nuevo guatemalteco que necesitamos; de eso precisamente están “hablando” con su ejemplo, pocos jóvenes guatemaltecos que han logrado insertarse en la economía global al vender nuevos productos de software creados e inventados por ellos; si el Ministerio de Educación logra que estos ejemplos cundan a nivel nacional y gracias a los profundos cambios que pudieran establecer, diríamos que hemos iniciado el camino correcto.
De eso también está “hablando” un Maestro Cien Puntos del Departamento de Huehuetenango que introdujo en su escuela rural de primaria cuatro computadoras en red, una en la dirección y las otras en sus tres aulas, que pretende que se conviertan siquiera en cuatro por aula para que los alumnos, en grupos, puedan utilizarlas para su mejor preparación.
Creo y pienso que este digno maestro querrá, al final de cuentas, lograr una computadora por alumno para que los chicos se conviertan en ALUMNOS CIEN PUNTOS. Y esta manera de ver las cosas debiera convertirse en la meta del MINEDUC: Una computadora por cada alumno en el sistema educativo guatemalteco; lamentablemente ellos ni siquiera pueden defender su presupuesto, parte del cual trasladan a programas político-clientelares con miras al cercano proceso electoral.
La educación guatemalteca en general, con pocas y muy honrosas excepciones, es de baja calidad, entre otras cosas porque así como hay maestros muy responsables, los hay también que apenas llegan a trabajadores del MINEDUC (y a duras penas), que se dejan guiar por quienes defienden una agenda político-electoral oficial, que los ha privilegiado con dádivas y prebendas de todo tipo; esta gente, con total desprecio por el derecho a la educación que tienen nuestro niños, resta mas y mas días de los 180 que como mínimo debieran permanecer en los centros educativos para prepararse para el futuro incierto que les espera si las cosas no toman el rumbo correcto de la globalización educativa.
Porque necesitamos desde mano de obra totalmente calificada hasta profesionales que puedan codearse con los mejores del mundo y superarlos si es posible; cuando esta visión se generalice y comience a aplicarse, podemos afirmar que Guatemala está en el buen camino hacia su total innovación e inserción entre los mejores de LatinoAmérica.
Pero para ello debemos desterrar, eliminar y destruir la basura que ahora nos avergüenza y nos abochorna. Tenemos que obligar a que cumplan con sus obligaciones de manera que por lo menos traten de enseñar a los niños guatemaltecos 180 días al año, aunque lo mejor serían 200 días como en El Salvador o como en Chile; esos son nuestros ejemplos a seguir; hay que emular lo bueno, no la bazofia.

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