domingo, 3 de julio de 2011

¡SORPRESA!

Este sábado 2 de Julio de 2,011, en horas de la mañana, alguien o algunas personas investidas de autoridad, dispusieron ordenar el retiro de las láminas de zinc que por varias semanas ocultaron los “trabajos” que se hacían en la 5ª. Avenida entre 2ª y 3ª calle de la zona 1, exactamente frente a la Concha Acústica del Palacio Municipal.
Pero las láminas de zinc no solo servían para ocultar el empedrado indigno, sino también para cerrar una arteria por demás importante en la ciudad, para la fluidez del tránsito de vehículos.
¿Qué significa cerrar una vía en esta ciudad? Convertir en una pesadilla la circulación en cualquier tipo de vehículo; sacar de quicio a los conductores mas tranquilos y calmados; obligar a un gasto adicional en el renglón de combustibles; pérdida exagerada en el tiempo de llegada al destino planificado; imposibilidad de llegar con urgencia a un centro asistencial conduciendo un herido o un enfermo grave; bloquear el trabajo eficiente de las unidades y personal de Bomberos, Enfermeros, Médicos, etc.
Cuando supimos que se bloquearía la 5ª avenida a ciencia y paciencia de las personas que forman la corporación municipal, pedimos, solicitamos y rogamos públicamente que se evitara la medida por lo escrito anteriormente, pero también porque estábamos concientes del “mamarracho” que se haría en esa vía por cuanto ya teníamos “la muestra” en el resto de “la Plaza de la Vergüenza” y creíamos que peor, no podría quedar.
Pero ¡Sorpresa! ¡Nos equivocamos! Ahora que quitaron las dichosas láminas de zinc (que nos dicen que costaron muchos miles de quetzales), nos hemos llevado otra de las peores decepciones que podríamos recibir a las puertas de las Fiestas Julias. Ese empedrado que se nos ofrece a la vista, ha quedado mucho peor de lo que ya conocemos en el resto del espacio. ¡Que barbaridad! No solo el material (principalmente la piedra) es de lo peor que nos endilgan sino que el trabajo de colocación demuestra con claridad la ineficiencia, desconocimiento y falta de profesionalismo de quienes ahí algo tuvieron que ver, principalmente los responsables de los trabajos.
Dicho de otra manera: A la Plaza de la Vergüenza le tenemos que agregar un apéndice que es aún mas vergonzante por ridículo y porque nos termina de demostrar que aquí en Huehuetenango vinieron a hacer experimentos sin importarles entregar un esperpento, un mamarracho, como escribimos antes, a sabiendas de que podían hacerlo, porque cuando amenazaron con llevarse el dinero para otro proyecto en otra parte del Departamento, nuestras “autoridades” y sus compinches inclinaron la cerviz y aceptaron, no humildemente sino humillados, los “desperdicios” o “sobras” que quisieron darnos.
¡Y ahí está! ¡La Plaza de la Vergüenza! Casi completa. Escribo casi porque en los planes de estos “expertos” está contemplado el cierre de la 2ª y 3ª calles entre 4ª y 5ª avenidas para levantar el pavimento existente y “meterle” la piedra que a lo mejor también es sobra de otra “obra” de ínfima categoría, como la que hicieron en el extinto Parque Central de Huehuetenango que se ha convertido en un monumento a la corrupción, inutilidad, incapacidad y deshonestidad de todos los actores.

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