DELITO O ESTRATEGIA

Aquí, en el Departamento de Huehuetenango en donde ocurren tantas cosas raras como el surgimiento de auténticos palacetes por doquier, en donde circula el parque vehicular mas caro del País, en donde florece el millonario negocio de la gasolina mexicana de contrabando sin que se sepa como ingresa al País (nosotros ya afirmamos que solo puede llegar por el aire), en donde la venta del polvo blanco está en su máxima plenitud, en fin, en donde el plomo flota y el corcho se hunde, etc., etc., etc.

Pues aquí, en este Departamento, ahora ocurre que a una bodega de cierta Cooperativa que funciona en el municipio de San Sebastián H., ingresaron cinco mil quintales de fertilizantes, de esos que el Gobierno Central está distribuyendo entre los agricultores que realmente necesitan este tipo de ayuda. Luego de un supuesto control para su ingreso, las personas directamente responsables de la distribución, seleccionadas por el Ministerio de Agricultura, entregan a los beneficiarios la cantidad de dos mil novecientos quintales.

Quedaron entonces en la bodega mencionada, dos mil cien quintales con el mismo logotipo que todos traían: “Gobierno de Guatemala, Programa de Fertilizantes 2,012. 15-15-15.” Estos últimos números identifican el tipo de fertilizante dentro de los sacos.

Se da el caso que, una noche de estas, llegan a la mencionada bodega varios vehículos tipo pick up y camiones, con suficiente personal a bordo, que sin violentar ninguna cerradura, se llevan los 2,100 quintales de fertilizantes, “con rumbo ignorado”, tal la aseveración de las autoridades que, al día siguiente, llegaron a realizar una inspección ocular de esto que fue, según el titular, un delito o una estrategia; un robo descarado o simplemente, un negocio tranquilamente preparado.

Posteriormente las autoridades de la PNC y el MP efectúan una allanamiento en un inmueble del caserío Tocchec de la aldea Palajachuj del municipio mencionado, en donde encuentran la cantidad de 17 quintales de los “desaparecidos”. ¿Qué se harían los otros 2,083?

Dentro de quienes somos testigos de lo que viene ocurriendo desde hace un poco mas de cuatro años en nuestro Departamento y que ya rebasamos “los 150 años” (como suelo afirmar en la televisión local), es sorprendente el nivel de desvergüenza que existe en algunas instituciones públicas y privadas; se roban el dinero público y las cosas, herramientas, máquinas, vehículos, etc., pertenecientes al Estado, con un descaro insólito. Algunos sin siquiera esconderse por temor al “que dirán”, roban, especulan, extorsionan, estafan y “muerden”, sin alterar sus nervios ni ruborizarse.

¡Perdonen! Pero no puedo sino hacerme la pregunta que un actor mexicano repetía en un programa televisivo ¡¿QUE NOS PASA?!