miércoles, 30 de enero de 2013

2,013

La angustia en algunos corazones guatemaltecos y en el espíritu de ciudadanos del mundo entero, principió con el anuncio de la conclusión de una prolongada era del mundo maya. Nada menos que se terminaba un tiempo de 5,200 años y se daba el inicio de otra cuenta larga.

Esto dio pie para que algunos “vivales” se dieran a la tarea de divulgar por muchos medios de comunicación internacionales que les dieron espacios prominentes, lo cual nos pareció tremendamente equivocado, a efecto de anunciar con fanfarrias de trompetas demoníacas, que el fin del mundo se produciría el 21 de Diciembre de 2,012.

Por supuesto que no tenían bases científicas para anunciar semejante barbaridad; lo que si tenían, como ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad, era un plan perfectamente elaborado para dedicarse a engañar, a estafar y a robar a las personas que lograron convencer con sus mentiras, para que les regalaran o les mal vendieran propiedades muebles e inmuebles que, según les dijeron, ya no les servirían para nada; así mismo, les despojaron de grandes cantidades de dinero en efectivo.

Repetimos, esto ha ocurrido a lo largo de la historia; no es la primera vez que salen a la palestra esta serie de estafadores internacionales que se enriquecen divulgando el fin del mundo y haciéndose millonarios a costa de los ingenuos a quienes convencen con sus mentiras, generalmente apoyadas por interpretaciones a la medida de algunos versículos de la Biblia y de las predicciones de Nostradamus. Bien dicen que es el hombre el único ser viviente que se tropieza, no solo dos, sino varias veces con la misma piedra. Difícilmente aprendemos.

Pero ahí están, ahí siguen los supuestos pesimistas, agoreros de desdichas y desgracias sin cuento, ahora gritándole al mundo los múltiples infortunios que caerán sobre la humanidad porque estamos viviendo el año 2,013; un año al que le adjudican una “mala suerte” increíble por el único pecado de que sus dos últimas cifras conforman el número 13 que, según estas “aves de rapiña”, es el número del que se desprenden infinitas desgracias y desconsuelo sin fin.

¿Cual es el fundamento científico que estos “heraldos del infortunio” poseen para proclamar semejante barbaridad? La respuesta es sencilla: Ninguno. Pero desgraciadamente hay mucha gente en el mundo que por negligencia, ignorancia, ingenuidad o inclinaciones mentales patológicas, creen en esta perversidad, se desesperan y algunos, hasta se suicidan.

Pero ¿Cuántas personas habrá sobre la faz de la tierra que nacieron el 13 de cualquiera de los doce meses del año y han sido totalmente felices a lo largo de su vida? Es mas ¿Cuántos habrá que nacieron un 13 a las 13 y son inmensamente dichosos?

El número 13 es hermoso y no tiene nada que pudiera asustarnos o estremecernos y este año 2,013 será tal como nosotros queramos que sea. Con base en el trabajo, en el esfuerzo de cada quien y empeñándonos en hacer las labores que nos corresponden de la mejor manera posible, puede ser el mejor de nuestra vida.

Eso sí, siempre y cuando el Gobierno Central no estorbe sino ayude.

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