ENCUESTAS:

  El año 2,013 fue despedido por varias instituciones interesadas en la realización de encuestas de todo tipo y de estudios de opinión sobre diversos temas, generalmente políticos, que tienen el propósito, en algunos casos, de que empresas que se han dedicado a este tipo de mediciones, ofrezcan claros indicios sobre lo que piensa el guatemalteco común y corriente.

            Las fichas técnicas de estos estudios (finales del 2,013 y principios del 2,014), informan que se ha entrevistado de las tantas formas diversas a unos 1,000 o 1,200 ciudadanos del área urbana capitalina y de algunos centros urbanos del interior del País; nadie les cree que aborden a habitantes de las áreas rurales de los distintos puntos cardinales de Guatemala. Si así lo hicieran, los costos de los estudios se elevarían tanto que ya ninguna institución pagaría por ello.

            Algunas de estas encuestas, a lo largo de los distintos procesos electorales, han servido fundamentalmente para incidir en el voto de los ciudadanos que las conocen y que pudieran pensar: “Si este señor va a la cabeza no desperdiciaré mi tiempo votando por otro; él ganará y por lo tanto yo me subo al mismo tren”. Tanto es así que, en la pasada contienda electoral, uno de los candidatos presidenciales mas serios, cultos y estables emocionalmente, montó en cólera frente a los medios de comunicación, hizo una pelota de un periódico que contenía una de estas encuestas y lo tiró al suelo en señal de total repudio. No necesitó decir mucho; su actitud fue mas que elocuente.

            Extraña eso sí, que a tanto tiempo del próximo proceso electoral ya comiencen y con la profusión que lo han hecho, estas mediciones que alcanzan diferentes temas: La popularidad del binomio presidencial ha descendido ostensiblemente; el candidato presidencial del Lider ocupa el primer lugar en la intención de voto; las mayores preocupaciones de los guatemaltecos siguen siendo la inseguridad, la violencia y la precaria situación económica que vivimos.

            Pero quizá uno de los resultados en la medición del criterio de los guatemaltecos sobre quien ha sido el mejor Presidente del País desde 1,986 para este año, es el que mas haya sorprendido y obviamente, ha despertado mas polémica y hecho surgir mas “ronchas”  entre cierta clase social, haya sido que un 45.5 % de los ciudadanos contestara que es el Lic. Alfonso Portillo Cabrera, Presidente de 2,000 a 2,004,  el mejor mandatario en esta parte que abarca 28 años de nuestra historia reciente.

            Y entendemos que la molestia ocasionada por el resultado de esta medición en cierto sector (sería mejor decir varios sectores), no puede causar mayor desasosiego porque, después de haber conseguido meterlo a la cárcel, hacerle un juicio en el que dicho sea de paso lo declararon inocente, de haber logrado la firma de un presidente (la falta de mayúscula es intencional) para que lo extraditaran, de atarle las manos a otro para “dejar pasar y dejar hacer”, de conseguir la inacción y la complicidad de “autoridades” nacionales para que policías gringos con toda impunidad lo secuestraran, quitándoselo de las manos a médicos que lo trataban de una seria enfermedad pulmonar, se lo llevaran al Aeropuerto “La Aurora” y lo extraditaran a los Estados Unidos en uno de los actos mas asqueantes de los que hemos sido testigos; después de esta serie de ilícitos repudiables cometidos a plena luz del día, ¿Cómo les caerá que un gran porcentaje de guatemaltecos a este Presidente aborrecido por ellos y habiendo gastado millones de dólares para “hundirlo”, ahora resulte que es el Mejor Presidente según la encuesta publicada?.

            ¿Cómo la verán “disdiay”? Si en el mejor de los casos, el Lic. Portillo sale bien librado del juicio que le inventaron en la USA y vuelve a Guatemala para participar en las elecciones próximas como candidato para algo, sí les va a ocasionar problemas muy serios. Lo único es que, sus amigos y simpatizantes, deberán cuidarlo mucho para que no lo maten.