ENTORPECIMIENTO VIAL:
En esta época del año, no solo
en Huehuetenango sino en los centros urbanos de todo el País, se producen
entorpecimientos viales que se constituyen en el máximo dolor de cabeza de los
vecinos, principalmente de aquellos que utilizan vehículos de cuatro ruedas en
adelante, que pretenden circular por las ciudades para realizar sus propias
diligencias.
La época navideña nos deja fuera de lo que podría ser la
normalidad de otras ocasiones; podríamos decir que en Diciembre todo cambia en
este sentido; se incrementan las ventas informales que se colocan en cualquier
parte independientemente de lo que ordenan los cánones legales (como que los
vendedores, por su necesidad o por lo que sea, creen que lo pueden hacer sin
que nadie proteste); las actividades que organizan distintos grupos comerciales
o no, entre las que se cuentan desfiles navideños, quema de juegos
pirotécnicos, actos públicos de distinta índole que obligan cerrar calles y que
se organizan precisamente para disfrute, principalmente de los niños y en
general para las familias completas, especialmente aquellas que económicamente
esta impedidas de pagar cuotas de ingreso a lugares cerrados en donde también
se presentan actos navideños, debieran entenderse como actividades que no
pretenden ocasionar molestias a nadie porque todas ellas cuentan con una
promoción en la cual se anuncian y se indica claramente los lugares por donde
pasarán o se presentarán.
Entendemos que no todos tienen la información a la mano y
que por eso surgen infinidad de protestas porque no pueden circular con la
libertad acostumbrada; las protestas obviamente surgen del pequeño sector de la
población que tiene la dicha de poseer un automóvil y que para su mala fortuna,
quisieran transitar velozmente por los lugares que se han cerrado para permitir
a la mayoría momentos felices que, de otra manera, no tendrían la oportunidad
de presenciar.
También comprendemos que los actos festivos públicos del
mes de Diciembre, para felicidad de las grandes mayorías, no cuenten con el
apoyo y el agrado de algunos privilegiados que disfrutan de comodidad, de
dinero para gastar, de ciertas ventajas y prerrogativas que solo las da una
posición económica muy estable porque poseen un excelente salario o sus
utilidades son excepcionales; en fin, algunas veces una posición acomodada nos
hace “perder el piso”, nos saca del contexto y de la realidad y nos olvidamos
de que la gente pobre también tiene derecho a disfrutar de espectáculos
gratuitos, porque es a lo único que pueden aspirar.
El mes de Diciembre es la única época del año en la que
los “pudientes” del sector público y del sector privado, vuelven sus ojos hacia
los desposeídos e invierten ciertas cantidades de dinero, su tiempo y su
energía, para ofrecerles si no regalos en el sentido mas conocido de la
expresión, sí actividades que, en ciudades como la nuestra, representan el
cierre de espacios para que la vida siga con toda normalidad.
Quizá todos podamos comprender la razón por la cual no
podemos pasar con facilidad por calles y avenidas de la ciudad cuando vamos
manejando nuestro vehículo de cuatro ruedas durante todo el mes de Diciembre;
tal vez pudiéramos pensar que nos hace bien caminar porque al fin y al cabo
vivimos en la zona 1 o muy cerca de ella; o si nuestra residencia está un poco
más lejos, probablemente encontremos un parqueo o un estacionamiento seguro en
el que pagaremos menos del valor del combustible que gastaremos yendo en filas
o colas interminables; pero lo que es más importante: El hígado no sufrirá las
consecuencias de una secreción excesiva de bilis que podría además,
ocasionarnos un perjuicio tremendo para la conservación de nuestra buena salud.
Analícelo, medítelo de esta manera y actúe en
consecuencia. Caminar siempre hace bien.
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