VENTA INFORMAL:
La informalidad en el comercio
ha crecido a pasos gigantescos durante los últimos años, con el agravante, para
los sucesivos gobiernos, que de este sector, no esperan contribuciones de
ninguna naturaleza; pero si el sector público quisiera, podría ampliar su base
tributaria incluyéndolos en la nómina de contribuyentes con políticas
financieras inteligentes y adecuadas. Pero parece que no les interesa.
En toda la República para el mes de Diciembre, la
informalidad comercial crece desproporcionadamente en razón diametralmente
opuesta a lo que perciben por ella las municipalidades y el mismo gobierno
central; ante el crecimiento exponencial de los vendedores, los controles
oficiales o disminuyen o desaparecen.
Este crecimiento se debe a que en la misma proporción se
incrementa la pobreza? Definitivamente no. Grandes comerciantes ven y
aprovechan la oportunidad para sacar “comisionistas” a las calles que los hacen
más ricos.
Pero ¿Por qué las municipalidades no reciben lo que
esperan ante este crecimiento? Porque dentro de las ventas informales ha
nacido, crecido y se ha multiplicado una organización delictiva paralela que se
encarga de cobrar a los vendedores ciertas cantidades de dinero que va a parar
a los bolsillos de bandas o pandillas criminales bien estructuradas que se
aprovechan de quienes puedan ser sujetos de extorsión.
Dentro del gobierno central o de las municipalidades ¿Hay
algún Departamento que pueda controlar esto? La respuesta es negativa y no
porque no tengan cómo, sino porque, probablemente por su seguridad, no desean
buscarle “tres pies al gato”.
Y ¿La SAT? Muchísimo menos. ¿Ha detectado Ud. a algún
inspector de la SAT solicitando algún tipo de documentos o pretendiendo agregar
a la nómina de contribuyentes a algún vendedor informal? Otra respuesta
negativa.
Pero hay algo mas importante: Muchos vecinos de cualquier
lugar del País se quejan y reniegan y emiten protestas airadas por las ventas
informales que impiden la libre locomoción que es un derecho constitucional.
Pero ¿Habrá visto, leído o escuchado alguna campaña para que el vecindario deje
de comprar en las calles? Respuesta negativa.
Si no hay demanda no hay oferta; si no hay compradores no
habrá vendedores; por lo tanto, si la oferta ha aumentado es porque los
demandantes han crecido. Ergo: Si en Huehuetenango u otros lugares las ventas
callejeras rebasan los límites de nuestra tolerancia es porque, quienes aquí
vivimos, compramos cada día más en la calle; y lo peor, quienes somos los
mejores clientes de las ventas callejeras somos los que protestamos airadamente
en contra de ellas en los medios de comunicación.
Enigma, controversial, complicado, problema social,
ilegal…De todo un poco, pero tiene remedio, si usamos los mecanismos
inteligentes y pertinentes.
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