sábado, 20 de septiembre de 2008

MEGALOMANÍA:

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española esta palabra tiene el siguiente significado: “Manía o delirio de grandeza”. Se trata pues de una especie de enfermedad de índole psicológica o de locura pasajera o permanente.
¿A que viene esto? Pues sencillamente a que si vemos a nuestro alrededor, nos vamos a encontrar con personas que se desubicaron totalmente por un cambio de nivel económico o político.
Los cambios económicos que perturban la estabilidad emocional y psíquica de determinadas personas se deben a que, en la mayoría de los casos, estos se lograron de la manera mas fácil pero ilegítima: Los protagonistas comenzaron a “transar”, comercialmente hablando, con gente que, a cambio de firmarles contratos millonarios, les pidieron “comisiones” desacostumbradas por lo elevadas, pero que dan como consecuencia que se enriquecen ambas partes a costa de la entrega de obras públicas sobre valoradas, con la adición de que se utilizan menos materiales de los pactados contractualmente y de ínfima calidad; las consecuencias que saltan a la vista son, por ejemplo: Puentes que colapsan a los pocos días de inaugurados, pavimentos que se arruinan con facilidad asombrosa, edificios mal planificados y mal construidos, cuyas paredes se agrietan, techos donde el agua se cuela, puertas y ventanas de madera que se tuercen, chapas que no funcionan, servicios sanitarios que desde el principio son inservibles y...parémosle de contar.
El dinero de los impuestos del pueblo se lanza a los bolsillos de los corruptos con pasmosa facilidad y los ladrones de cuello blanco se enriquecen ilícitamente.
Otros que pueden tener constructoras u otro tipo de negocios, solo las usan de pantalla porque su verdadera “empresa” es el narcotráfico, el tráfico de ilegales, la prostitución (incluida la perversión de menores), el crimen organizado y otras “lindezas” similares. No podemos olvidar mencionar que muchos de ellos, hacen “destacada” presencia política en las entidades que se los permiten con pleno conocimiento de causa y si no encuentran partido político que los acepte, forman su propia organización a sabiendas que con poder político y económico “ya la hicieron”.
A partir de ahí, su mundo cambia: Creen que pueden disponer de la vida y los bienes de cualquier persona decente; piensan que “su palabra es la ley” y se sienten superiores creyendo que no tienen necesidad de ningún tipo de asesoría o consejo sabio; cuando salen de su domicilio, lo hacen en vehículos lujosos, generalmente acompañados o seguidos en otros auto-motores por sus “guaruras” con una ostentación “bélica” digna de mejor causa.
Su supuesta “autoridad” la basan en “la razón de la fuerza y no en la fuerza de la razón” y es entonces cuando su megalomanía aparece con ímpetu avasallador destruyendo lo poco que quedaba de sentido común y de razón.
Es aquí cuando se les olvidan dos cosas importantes: Primera: Mientras mas alto volamos, mas duro es el golpe al caer y Segunda: Si somos aves de paso en este valle de lágrimas con mayor razón en un puesto o condición, por muy poderosa que sea.
Algunos no perciben su terrible soledad en la bonanza, pero no la soportarán en la “llanura”.

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