EDUCACIÓN

Mucho es lo que se escribe y se dice en cuanto al estado actual del proceso educativo sistemático de nuestro País y en cada uno de los temas que se tocan, se nota preocupación y falta de certeza sobre lo que pasará el próximo ciclo escolar.
El tema de la carrera de Magisterio es, sin duda, uno de los que mas causan zozobra y escozor; estamos recién terminando el actual ciclo escolar y este es el momento en que no se sabe que ocurrirá con los alumnos que han seguido esta carrera porque los funcionarios no se ponen de acuerdo en lo que verdaderamente es lo apropiado para que esta profesión vuelva a ser lo que en un momento histórico de Guatemala, generó excelentes maestros cuyos frutos devinieron en hombres y mujeres de bien y en profesionales dignos y honrados.
Las discusiones y las diferencias entre los encargados del tema a nivel ministerial son tantas y tan graves que, precisamente por ello, se han producido renuncias y desacomodos entre funcionarios de la cartera que habían encaminado la situación por senderos apropiados, según su punto de vista y los estudios que para el efecto elaboraron.
Todos tenemos en la mente que en la Administración anterior, el Ministerio de Educación trabajó con la mentalidad de que “a mayor cantidad de cursos y mas años de estudios, mayor preparación y capacidad”; una mirada superficial al incremento de unas treinta materias en el “pensum” magisterial, no era precisamente lo idóneo para lograr el fin perseguido: Mejores Maestros; porque mayor cantidad no es igual a mayor calidad.
Se rechazaron otras ideas que se veían mejor encaminadas como la que proponía una carrera de Magisterio de cinco años, a partir del 6º. Grado de Primaria, suprimiendo el “dichoso” Ciclo Básico. Dos años mas en la Universidad y un título de especialización con los consiguientes estímulos económicos.
Ahora escuchamos por una parte que serán tres años como hace poco; otros dicen que no, que serán cuatro años, pero nadie sabe realmente que es lo que va a pasar.
Lo que el pueblo ve es que se ha perdido el respeto hasta para tratar estos asuntos que mucho tienen que ver con el futuro de nuestros hijos; gobiernos van y gobiernos vienen y todos quieren dejar sentada su huella con ideas que, en la mayoría de las ocasiones, no tienen ningún fundamento pedagógico, psicológico y filosófico, así como la menor posibilidad de adaptarse al entorno nacional o a la idiosincrasia multicultural, multilingüe y pluriétnica que nos rodea. Se va una administración y en el MINEDUC (y esto ocurre en todas las dependencias), tiran a la basura lo que hicieron sus antecesores, sea bueno o malo, eso no importa. Y así ¿Cuándo?
Por eso es que estamos como estamos. Pero ahora, lo que urge, es que el MINEDUC tome la determinación sobre lo que va a hacer con los estudiantes de la carrera de Magisterio y con bases técnicas y científicas sólidas, lo explique a la población y lo ponga en vigencia sin mas tardanza.