OTRO ROLLO

No fue muy difícil para 15 camiones cargados con basura de la cabecera departamental de Huehuetenango encontrar “la perla escondida” para depositar su nocivo, putrefacto y contaminante cargamento.
Les fue fácil localizar el lugar, supuestamente propiedad del alcalde de Cuilco que en connivencia con el alcalde de Huehuetenango, habían llegado a un convenio político-económico, para utilizar el terreno jurisdicción de Cuilco como botadero de los desechos del municipio de Huehuetenango.
La mayoría de los camiones habían descargado y tirado la basura cuando aparecieron los indignados vecinos para, algunos dice que a balazos, detener la operación. Dos camiones cargados y un pick up propiedad de un concejal que los guió, quedaron en poder de quienes van a defender su derecho humano a una vida segura y con salud; otorgaron un plazo fatal para que los alcaldes procedan a sacar la basura del lugar porque, caso contrario, tomarán medidas de hecho.
La indignación de los cuilquenses es tan grande que han ofrecido “ayuda” a los vecinos huehuetecos, para “expulsar” a los munícipes causantes de este desafortunado asunto que nos ha puesto en evidencia como personas no muy dispuestas a hacer valer nuestros derechos ciudadanos.