sábado, 23 de octubre de 2010

IMPUNIDAD Y VIOLENCIA

Tal como se puede constatar en nuestra sección de sucesos, esta semana ha sido terriblemente violenta y criminal en el Departamento de Huehuetenango en donde resaltan linchamientos, asesinatos de todo tipo, robo de vehículos, asaltos y demás “lindezas” que ahora son “el pan nuestro de cada día”.
Se reporta, entre otras tragedias, la muerte violenta por acción de sicarios que manejan muy efectivamente armas de fuego de grueso calibre, del Secretario Municipal de La Democracia señor Mario Juventino Lucas Tercero y eso nos hizo recordar de inmediato que hace muy poco tiempo, mataron de la misma manera, al que fuera Alcalde Municipal del lugar señor Delmar González.
Obviamente, en este momento, no sabemos las causas que originaron la muerte de esta manera del Secretario Municipal por lo reciente del suceso, pero lo que es aún mas penoso, es que todavía ignoremos por qué razón asesinaron al Alcalde Municipal de La Democracia. En primera instancia podríamos colegir que ambos crímenes están ligados de alguna manera y que todos los integrantes del Concejo Municipal que aún quedan, deben poner “sus barbas en remojo”. ¿Por qué razón? Porque podríamos pensar que los ataques están dirigidos a la institución como tal, quizá por alguna decisión colegiada que no le agradó a cierto grupo de personas o por alguna otra causa que a lo mejor nunca conoceremos.
Precisamente por esto es que ligamos en el título de esta columna la violencia y la impunidad y nos preguntamos: ¿Por qué se ha extendido tanto el crimen común y organizado en nuestro medio? Porque los autores intelectuales y materiales de tantos delitos incluyendo claro está, los asesinatos están seguros de que sus actos ilícitos quedarán en la impunidad. Si la ley no funciona por los motivos que todos conocemos, la violencia y el crimen caminarán como “Pedro por su casa”.
En nuestro País las leyes van y vienen; el Congreso de la República a veces se ha propuesto des-legislar derogando disposiciones legales obsoletas e inoperantes, pero cada vez que pueden, emiten nuevas leyes que ya sabemos que nadie cumplirá porque “hecha la ley, hecha la trampa” al mejor estilo de algo que se asemeja mucho a nuestro “deporte nacional”. Si hubiese un trofeo mundial para el efecto, lo guatemaltecos seríamos campeones en violaciones permanentes de reglamentos, decretos, acuerdos y demás “hierbas” legales.
Pero ¿Por qué ocurre esto? Porque tenemos un Estado incompetente y débil para hacer cumplir nuestras leyes; un Estado carcomido por el crimen organizado y el narcotráfico y nos aprovechamos de este estado de cosas.
Y para ejemplificar lo menos: Un guatemalteco que vive en USA jamás lanzará una basura a la calle porque sabe que de inmediato lo castigarán con una multa grosera; está legislado y se cumple; pero ese mismo paisano al volver, sabe que aquí no solo puede tirar la basura a donde quiera, sino que además puede hacer sus necesidades en plena calle y a la luz del día, que NADIE le dirá nada. Que esté legislado es lo de menos.
¿Quo Vadis? Huehuetenango...

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