ELUCUBRACIONES POLÍTICAS:
Con ocasión de este reciente retraso en el pago mensual del Magisterio Nacional saltaron a la vista una serie de situaciones a cuales mas disímiles y sorprendentes por su complejidad y porque entendemos que la crisis económica que estamos viviendo desde hace dos años aproximadamente, ha calado hondo en todos los sectores del País.
Lo sorprendente por ilógico es haber escuchado a un diz que representante magisterial, lanzar sapos y culebras contra un grupo de diputados por no autorizar préstamos que hundirán mas el futuro de Guatemala culpándolos de la iliquidez del Estado cuando no llegamos ni siquiera a la mitad del año. Según estas declaraciones la falta de aprobación de dichos préstamos tenía como consecuencia, el retraso del salario magisterial.
De acuerdo a este criterio “sui géneris” (por decir lo menos), ya no son los funcionarios que han dilapidado los recursos del presupuesto actual los responsables, sino aquellos que no quieren que fondos, sacados de préstamos riesgosos y onerosos, se sigan utilizando para “transferir” millones de quetzales a proyectos y programas oficiales clientelares y evidentemente, para financiar y fortalecer una campaña politiquera ilegal; viniendo estas expresiones de un supuesto representante magisterial, suenan aún mas patéticas por absurdas y evidentemente sesgadas a favor de una candidatura determinada. ¿Se ha politizado entonces, en mala hora, el gremio de trabajadores del MINEDUC?
Cuando el dinero sobra para la promoción y propaganda de un candidato en época político-eleccionaria es cómodo adquirir los servicios de ciertos líderes nefastos a quienes el prestigio personal importa poco; ese dinero se puede utilizar para la compra de conciencias, vengan de donde vengan y estén donde estén; con ese dinero se puede engrosar la billetera de algunos sujetos que han perdido los principios y valores (si es que alguna vez los tuvieron) y que se van de boca ante la oferta de un solo pago o mensualidades atractivas para “vender su alma al diablo”; estos sujetos, evidentemente nocivos para la sociedad, si tuvieron vergüenza alguna vez, la dejaron tirada en la mitad de la calle porque ya les pesaba demasiado; pero hay otros que, además de ambiciosos y corruptos, son ciegos y tontos de remate porque se venden por nada, simplemente por la oferta de un puesto destacado en el “próximo gobierno”. ¿Quién, a estas alturas del partido, les asegura un triunfo del partido al cual pertenecen ahora por ambiciosos? Se metieron a un juego de azar probablemente con las cartas perdedoras…
La suerte en la politiquería criolla guatemalteca todavía no está echada ni mucho menos; quienes hoy se creen triunfadores probablemente mañana ya no lo sean tanto; hay partidos políticos que acarrean un desgaste monumental que, por mucho dinero que dilapiden, no será suficiente para conseguir el apoyo popular, pero todos, en general, están seguros de salir airosos en esta competencia, tal la ceguera de unos y otros; sobre todo la de aquellos que se sienten intocables porque creen que los apoya un aparato económico-político invencible por lo que ya pueden ceñirse “la corona”.
Lo cierto es que al finalizar la contienda pocos serán los triunfadores y muchos los que habrán perdido todo: Liderazgos, trabajo, dinero, credibilidad, confianza, prestigio (si es que lo tuvieron alguna vez) y hasta a la familia. ¿Habrá valido la pena “venderse” por tan poca cosa, evidenciar nuestra avaricia y perder el futuro?
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