NO VIOLENCIA

Esta semana se ha celebrado también el “Día de la no violencia en contra de la mujer” que fue aprovechado por miles de mujeres guatemaltecas para hacer demostraciones palpables de su preocupación y protesta por la falta de castigo que, en muchos casos, dejan de tener los agresores de las féminas.
En Huehuetenango, como en todo el País, existen muchos casos y pocas denuncias, relativamente, de lo que acontece en este sentido en bastantes familias, casi todos los días del año; para evitarlo es urgente que los órganos de seguridad y justicia funcionen al cien por ciento, pero también es imperativo que las mujeres abusadas, sin excepción, presenten las denuncias que corresponden perdiendo el temor que tradicionalmente ha existido en la sociedad guatemalteca en todos sus niveles. Claro está que mientras mejor funcione la justicia las mujeres tendrán mucha mas confianza de acercarse a los tribunales para dejar constancia de las agresiones de que son objeto.
Aquí en nuestro medio son múltiples los casos que existen aunque pocas sean las denuncias presentadas; la mayoría desconocidos porque siempre existe un sentimiento de vergüenza entre las afectadas.
Por ello solo nos queda recordar con precisión un caso conocido nacional e internacionalmente que es el que se refiere a la antropóloga Emilia Quan Stackman de 33 años de edad quien en el momento de su asesinato trabajaba como Socióloga e Investigadora del Centro de Estudios y Documentación de la Frontera Occidental de Guatemala—CEDFOG--.
Hace ya casi un año, el 7 de Diciembre de 2,010, fue secuestrada y asesinada supuestamente para robarle el vehículo en el cual la conducía un piloto de la institución que fue previamente abandonado; ella hacía un viaje de trabajo hacia Todos Santos Cuchumatán. Y no obstante el tiempo que ha transcurrido de este hecho lamentable y doloroso, lo único que ha ocurrido desde entonces en los tribunales de justicia es que el proceso ha sido trasladado a la capital de la República, pero no se ha aclarado absolutamente nada.
También no debemos dejar de mencionar otro caso paradigmático para la sociedad guatemalteca: La desaparición de Cristina Siekavizza y de sus pequeños hijos en la capital de la República; todo apunta a que el esposo, Roberto Barreda, supuestamente la asesinó después de una fuerte discusión, obtuvo la colaboración de sus padres y amigos para desaparecer el cadáver fingiéndose un secuestro y semanas después, aprovechando la lentitud de nuestra “justicia”, desapareció de la escena pública llevándose a sus pequeños hijos. Se habla de las conexiones de su señora madre quien fuera Presidente de la Corte Suprema de Justicia para “tapar la marimba”.
Estos casos solamente sirven de referencia para hablar de 651 mujeres que han muerto de manera violenta este año; pero no se pueden olvidar 50,000 denuncias que existen por violencia intrafamiliar. Esto no podemos olvidarlo y por lo tanto exigir que, de aquí en adelante, veamos un cambio apreciable en el accionar de la seguridad y la justicia de nuestro País.