HECHOS QUE SE OCULTAN:

Para referirme al tema que abordaré en esta columna, me voy a permitir copiar casi textualmente, el punto número 5 del “Boletín de Prensa” expedido por la Comisaría de la Policía Nacional Civil del Departamento de Huehuetenango con fecha 3 de Agosto de 2,012 que, con pequeños cambios de forma (por cuestiones semánticas), pero jamás de fondo, trataré de reproducir en seguida respetando lo esencial:

“Ayer a las 22.15 horas, a la Oficina de Atención Ciudadana de la Sub-Estación 43-71 con sede en el municipio de Barillas, compareció el señor Byron Escobar, Gerente de Seguridad del proyecto de la Hidroeléctrica Santa Cruz, manifestando que en terrenos en donde se construye la mencionada empresa, ingresaron individuos desconocidos portando armas de fuego de calibre ignorado, con las cuales amenazaron con eliminar físicamente al personal de seguridad privada de dicha hidroeléctrica; posteriormente llegó un turba integrada por unas cien personas, entre hombres y mujeres, portando armas de fuego de diferentes calibres, así como piedras, machetes y almádanas, quienes manifestaban su inconformidad por la construcción de la hidroeléctrica.

Esa inconformidad se tradujo en la destrucción de una pared construida de block de 8 metros de largo por 3 de altura; también acabaron con el material que se tenía preparado para continuar la obra; el denunciante no especificó el valor de los daños.

A eso de las 22.35 horas de la misma noche, se hizo presente el Inspector de la PNC, Santos Alcides Alvarado Díaz, Jefe de la Sub-Estación 43-71, apoyado por seis Agentes de la PNC a bordo de las unidades HUE-070 y QUE-090; los acompañaba el Sub-Teniente de Infantería Urías Cruz Tecún, al mando de nueve elementos del Ejército Nacional quienes llegaron a bordo de los vehículos O-009BBJ y O-0012BBJ del Ejército Guatemalteco, quienes procedieron a evacuar al personal de seguridad de dicha empresa.

Los integrantes de ese cuerpo de seguridad privada se dirigieron a sus respectivos domicilios; es de hacer constar que ellos no cuentan, dentro de su equipo, con armas de fuego. Integrantes de la turba mencionada procedieron a efectuar algunos disparos con las armas que portaban. Del caso conoce el Juzgado de Paz local.”

Esto es lo que se dice en el reporte policial que no ha tenido ningún tipo de espacio mediático noticioso, ni menos en alguna columna de opinión a nivel nacional. ¿Por qué será?

Porque ahora son los de siempre los que siguen haciendo de las suyas y la hidroeléctrica carece del apoyo económico internacional para hacer el gran escándalo por el abuso y los delitos cometidos en su contra; porque tampoco la hidroeléctrica tiene “respaldo mediático” como lo tienen “los inconformes” que, cuando se lamentan en Barillas, sus gritos se escuchan hasta en la Patagonia, merced a ciertos medios.

Esas son, como dijera “Betu..”, las “cosas tan absurdas de la vida”.